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Jerusalén, 4 may (EFE).- El movimiento de protesta contra el Gobierno de Benjamín Netanyahu marcó hoy una nueva jornada de manifestaciones en distintos puntos de Israel, extendiendo el reclamo más allá de la polémica -y paralizada- reforma judicial y con un importante énfasis en la separación entre religión y Estado.

“Día Nacional de la Igualdad” fue el nombre escogido por los organizadores de las movilizaciones de hoy en todo el país, que comenzaron temprano por las mañana con cortes de carreteras y protestas frente a las residencias de líderes políticos.

Grupos de manifestantes se concentraron a primera hora frente a los domicilios de los ministros ultraderechistas Itamar Ben Gvir y Bezalel Smotrich, mientras que otros lo hicieron a las puertas de la residencia oficial del presidente, Isaac Herzog, en Jerusalén.

Herzog asumió el rol de mediador entre Gobierno y oposición tras la suspensión temporal de la reforma judicial a finales de marzo, pero las discusiones para lograr una reforma consensuada aún no han dado frutos, desencadenando la molestia de los manifestantes.

Cuando, asediado por las multitudinarias protestas, Netanyahu anunció el freno de los trámites legislativos, adelantó que la cuestión se resolvería durante las sesiones de verano del Parlamento, que iniciaron esta semana y culminarán en julio.

Mediante proyectos como una reestructuración en el comité de selección de jueces o una cláusula para limitar las facultades del Tribunal Supremo, la polémica reforma busca otorgar mayor poder al Ejecutivo en detrimento de la Justicia, cuya independencia se vería profundamente socavada.

“Vine para apoyar la democracia y asegurarme de que Israel siga siendo una democracia con tres poderes diferentes y separados”, explicó a EFE Neta Unterman, israelí de 62 años, durante las protestas en Jerusalén.

Consultada por el diálogo auspiciado por Herzog, dijo que “no hay negociaciones, sino que solo están tratando de dejar pasar el tiempo y nada está sucediendo realmente”.

“Están tratando de engañarnos, Bibi (Netanyahu) es un gran mentiroso, pero no lo tragamos, no le creemos y no dejaremos que él ni ninguno de sus partidarios controlen Israel”, agregó.

Al igual que durante las 17 semanas previas de protestas, la principal concentración de este jueves tuvo lugar en Tel Aviv, donde grupos de manifestantes cortaron la principal carretera de la ciudad antes de ser dispersados por policías a caballo.

Activistas LGTBIQ+ vestidos de rosa se hicieron presentes frente a la corte de distrito de Tel Aviv donde recrearon una boda entre personas del mismo sexo a modo de protesta por la inexistencia del matrimonio civil en Israel y el control en este ámbito de las autoridades religiosas.

En paralelo, trabajadores del sector de alta tecnología volvieron a salir a las calles con carteles que leían “Salven a la nación start-up”, en alusión al impacto económico y la merma de inversiones extranjeras en el sector desde que el Gobierno comenzó a avanzar los distintos proyectos de la reforma judicial.

Varios grupos de manifestantes se concentraron también en ciudades del sur y norte del país, como Beersheva y Haifa, portando banderas israelíes y al grito de “Democracia” y “No a la dictadura”.

“Esto empezó para mí con la reforma del Gobierno y me di cuenta de que este es realmente un Gobierno que está impulsando un modelo autoritario”, mencionó a EFE Max Kersch, estudiante de 27 años que inmigró en 2014 desde Estados Unidos.

“Yo vine aquí para intentar hacer de Israel un lugar mejor, porque creo en el país, creo en los valores del país y creo en la igualdad”, agregó el joven, que marchó junto a un grupo de manifestantes desde la residencia del presidente hasta la sede del rabinato de Jerusalén y que destaca que la reforma judicial no solo amenaza al régimen democrático israelí sino que profundiza las desigualdades a las que se enfrentan distintas minorías en el país. EFE

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