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Los republicanos han cerrado filas en torno a Brett Kavanaugh y se disponen a apoyarle como nuevo miembro del Tribunal Supremo, a pesar de la grave polémica desatada en Estados Unidos por las acusaciones de abusos que pesan sobre el juez, y allanar su confirmación sin aguardar ni a una investigación del FBI ni a la declaración de testigos. El Comité de Justicia del Senado está reunido este viernes para votar la candidatura, paso previo al pleno de la Cámara, donde disponen de una mayoría mínima. El espaldarazo al nominado de Donald Trump tiene lugar apenas 24 horas después de la sesión del jueves, en la que Christine Blasey Ford, de 51 años, testificó durante cuatro horas sobre un intento de violación hace más de 30 años. Este lo negó airadamente en su declaración posterior. El presidente Donald Trump y su partido le han creído a él.

Desde dentro del ascensor, y ante las cámaras de televisión, Flake escuchó en silencio el llanto de una de ellas, víctima de agresión de sexual, quien le cuestionaba así: “¿Qué le está diciendo a todas esas mujeres? ¿Qué me está diciendo a mí? Míreme cuando le hablo. Me está diciendo que mi agresión no importa, que lo que me pasó no importa y que va a llevar a quien hace estas cosas al poder. Eso es lo que me está diciendo cuando vote por él. No aparte la mirada de mí”.

El caso Kavanaugh ha reabierto heridas en Estados Unidos. Ha traído a la memoria el proceso de confirmación en 1991 del juez Clarence Thomas, que fue acusado de acoso sexual continuado por una exsubordinada suya, Anita Hill, pero acabó confirmado igualmente como miembro del Supremo. Aquellos legisladores no creyeron a Hill y estos no han creído a Christine Blasey Ford. Esta profesora de estadística de la Universidad de Palo Alto (California) señala a Kavanaugh como autor de un intento de violación. El jueves, con voz quebrada, relató en el Senado que en 1982, cuando ella tenía 15 años, el hoy juez, dos años mayor, y un amigo llamado Mark Judge la metieron en una habitación a la fuerza. Una vez allí, Kavanaugh supuestamente se subió sobre ella y trató de desvestirla mientras le tapaba la boca para ahogar sus gritos.

Los republicanos se basan en la negación enérgica del juez y en la ausencia de pruebas materiales o la corroboración de testigos para creer a su nominado, mientras que los demócratas claman por detener el proceso, llamar a testificar a testigos y dejar que el FBI investigue. Ford ha pasado una prueba de polígrafo y se muestra dispuesta al proceso. También la American Bar Association, el gran colegio profesional de abogados de Estados Unidos, ha pedido una investigación federal antes de aupar a Kavanaugh a un puesto vitalicio tan crucial como el es el Supremo en Estados Unidos. Pero después del primer empujón del Comité este viernes, la votación está lista para sentencia en el pleno, probablemente la próxima semana.

La fractura ha sido palpable este viernes. Algunos demócratas abandonaron la reunión en señal de protesta cuando vieron que su causa ya estaba perdida. En el Senado, los republicanos disponen de una mayoría mínima que les permite llevar a su nominado al Supremo, pero no les permite tener más de una baja, es decir, perder el apoyo de más de uno de los suyos. Si quedan en empate, 49 a 49, el voto del vicepresidente, Mike Pence, decanta el resultado.

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