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Kiev, 9 may (EFE).- Los ucranianos pasaron el 9 de mayo con la mirada puesta en si Rusia decidía o no intensificar los ataques en una fecha en realidad simbólica para ambos países, pues hasta este año Ucrania celebraba oficialmente el Día de la Victoria sobre el nazismel mismo día que Rusia con homenajes a sus soldados muertos, que muchas personas siguieron realizando ahora a título personal.

En este día marcado en rojo en el calendario ruso, las calles de la capital amanecieron casi tan vacías como en el confinamiento por coronavirus, al igual que sucedió el fin de semana, probablemente ante los mensajes de cautela por si Vladímir Putin declaraba la guerra o intensificaba los ataques.

Una situación que por el momento no se produjo, aunque la mayoría de los ucranianos con los que Efe conversó siguen a la expectativa de lo que pueda hacer Putin mañana.

“No tenía por qué ser hoy, en cuanto él lo considere y se vea fuerte irá más allá”, decía a Efe Max, de 25 años, en el cementerio militar en el que fue a visitar a su bisabuelo muerto en la Segunda Guerra Mundial.

RECUERDO EN LOS CEMENTERIOS A LOS QUE LUCHARON CONTRA EL FASCISMO

Max acudió a depositar flores en la tumba de su bisabuelo militar junto con su padre y su madre hoy 9 de mayo porque esa fue siempre la tradición familiar y no van a cambiarla, pese a que, según explica, apoya totalmente la decisión del Gobierno de cambiar la efeméride al día 8 y celebrar la Victoria junto al resto de países.

“Y pronto celebraremos otro Día de la Victoria”, confía en referencia a la guerra actual. Sobre la tumba deja la madre de Max unas flores rojas, y recuerda: “Mi abuela fue también partisana”.

Son de las pocas familias que se dejan ver en un cementerio que otros años solía estar lleno de personas que acudían a honrar a los soldados muertos en las filas de la URRS.

“Hay muchos que se han ido de Kiev y otros que supongo que estarán con miedo”, cuenta a Efe Irina, de 37 años, que fue al cementerio de la mano de su padre y su hijo a recordar a su abuelo muerto. Alrededor de 120.000 ucranianos participaron en la guerra contra el nazismo, y millones de personas murieron durante la invasión alemana, por eso para buena parte de las familias esta fecha está grabada a fuego.

LOS REFUGIADOS DE LA OTRA GUERRA

Valentyna Konstantynivna tiene 74 años y hoy no ha ido al cementerio pero eso no significa que no tenga en la cabeza una guerra de la que sus mayores le hablaron mucho, según cuenta a Efe a la salida del metro. El primer marido de su madre murió en el frente, su madre se quedó en Mikoláiv (Ucrania) y sufrió un bombardeo en el que su hermano resultó herido.

Cuenta que se fueron a Uzbekistán, refugiados, y allí nació su hermano y también ella, los dos después de la guerra. Esta vez dice que no quiere irse a ninguna parte. “Mi marido y yo pensamos lo mismo: no vamos a dejar nuestra casa, esperemos que Dios no quiera que muramos”, explica a Efe.

No lo parece, pero Valentyna dice que tiene miedo. “Putin es el diablo”, sentencia aguantando la mirada con sus ojos claros. Lo que más le duele es que su hermano no lo crea. Es militar, vive en Rusia y “le han lavado la cabeza”.

EL MONUMENTO AL SOLDADO DESCONOCIDO

Cuentan quienes conocen bien Kiev que el montón de flores que adornan ahora el Monumento al Soldado Desconocido no son nada si se comparan con las que había años atrás. Es un sitio por el que transitan ucranianos que quieren mantener la independencia con su país y también nostálgicos de la URRS que apoyan a Putin en la guerra.

En un rincón de la plaza en la que se levanta el imponente monolito dos hombres cantan a pleno pulmón la “Katyusha”, una popular canción de los tiempos de la URRS que dio nombre a lanzacohetes rusos.

Un grupo de policías se acerca a ellos para hacerlos callar. “Basta de provocaciones”, les exhortan momentos antes de tomarles los datos. Varios transeúntes con flores en la mano se acercan y cuestionan por lo bajo la acción de la Policía. “No molestan, no sé por qué los tienen que hacer callar”, dice una señora.

Pero hay a quien sí hieren sensibilidades. Para Svetlana, que tiene 50 años y un gesto triste y cansado, son canciones de otros tiempos.

Viene a este monumento a honrar a su abuelo, que estuvo en la Segunda Guerra Mundial, aunque no murió en ella. Pese a apoyar a Ucrania y esperar la victoria en esta guerra, tampoco entiende que el Gobierno haya cambiado la conmemoración.

“Mi abuelo me decía que el 9 de mayo era el Día de la Victoria, yo creo en las palabras de mi abuelo y seguiré con esa tradición”, explica Svetlana, que recuerda a Efe que Ucrania estaba en esa época en la URRS.

Y de hecho, entre los héroes de la Segunda Guerra Mundial identificados que reposan en la entrada a la tumba del Soldado Desconocido hay bielorrusos, rusos, ucranianos… “Eran otros tiempos”, explica Svetlana, que pese a ello no entiende por qué Rusia no entiende que esa etapa pasó.

“Espero que ganemos, que no cedamos territorio. Estamos en nuestra casa”, relata, aunque tampoco ella se quedó tranquila en absoluto al escuchar a Putin porque cree que si no anunció una guerra directa es porque no pudo.

UN ENEMIGO DISTINTO

El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, aseguró hoy que solo “un loco” puede querer repetir lo que ocurrió en la Segunda Guerra Mundial y dijo que cualquiera que repita crímenes como los ocurridos entonces, está imitando la filosofía nazi.

En Ucrania “luchamos por una nueva victoria” para frenar la invasión que Rusia lanzó contra el país el pasado 24 de febrero, dijo Zelenski, que en un día como el de hoy aseguró que su país ha pasado por diferentes guerras pero ningún enemigo consiguió quedarse en Ucrania y echar raíces.

Lourdes Velasco, enviada especial

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