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Río de Janeiro, 19 mar (EFE).- Luiz Inácio Lula da Silva, con una aprobación del 41 % dos meses y medio después de haber asumido como presidente de Brasil, inició su Gobierno mejor evaluado que el ultraderechista Jair Bolsonaro (2019-2022) en el mismo período (34 %), según un sondeo de la firma Ipec divulgado este domingo por el diario O Globo.

De acuerdo con la encuesta, que entrevistó a 2.000 personas entre el 2 y el 6 de marzo en 128 diferentes municipios y tiene un margen de error de 2 puntos porcentuales, mientras que el 41 % de los brasileños aprueba el Gobierno del líder progresista, 30 % lo considera regular y el 24 % lo reprueba.

En marzo de 2019, con tres meses de gestión, el Gobierno de Bolsonaro era calificado como bueno por el 34 %, como regular por el 34 % y como pésimo por el 24 %.

Pese a los buenos índices de aprobación con que el líder del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT) inició el Gobierno, la popularidad de Lula aún está lejos de la que tenía en enero de 2003, cuando asumió su primer mandato (51 % de aprobación), y en enero de 2007, cuando inició el segundo (49 % de aprobación).

De acuerdo con el Ipec, el actual índice de popularidad del líder progresista refleja el parejo resultado de las elecciones presidenciales de octubre, en las que, en medio de una polarización histórica en Brasil, Lula se impuso por menos de dos puntos porcentuales a Bolsonaro, que aspiraba a ser reelegido.

Según el sondeo, gran parte de los que califican como “regular” el Gobierno de Lula dice haber votado por Bolsonaro y entre los electores del líder ultraderechista un 54 % reprueba la nueva Administración.

“La encuesta muestra que la polarización política continúa. Considerando el actual escenario, muy diferente al que tenía en sus otros dos mandatos, Lula comienza en un buen nivel”, afirmó la directora del Ipec, Márcia Cavallari, citada por O Globo.

Cavallari explicó que los sectores que más aprueban el Gobierno son los que le dieron la mayor votación al progresista el año pasado: los más pobres, los menos escolarizados, los católicos y los habitantes del empobrecido noreste brasileño.

En el noreste, única región del país en que Lula fue mucho más votado que Bolsonaro, la aprobación del progresista es del 53 %, mientras que en la rica región agropecuaria del centro-oeste la evaluación positiva solo es del 31 %.

En el sureste, región más poblada y rica de Brasil por incluir los estados de Sao Paulo, Río de Janeiro y Minas Gerais, 36 % aprueba el Gobierno y 26 % lo desaprueba.

Entre los evangélicos, que en su mayoría se dijo elector de Bolsonaro, 39 % confía en Lula y 58 % desconfía. De los católicos, un 45 % aprueba su Gobierno y un 21 % lo desaprueba.

Mientras que la evaluación positiva del Gobierno es del 50 % entre los que ganan hasta 2 salarios mínimos, la de los que ganan más de 5 salarios se limita a 38 %.

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