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Johannesburgo, 22 ago (EFE).- El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, aseguró hoy que el bloque de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) no son un “contrapunto” ni al Grupo de los Siete países más desarrollados (G7) ni al Grupo de los Veinte (G20, naciones desarrolladas y emergentes).

“Los BRICS no son un contrapunto al G7, ni al G20, ni contra nadie. Queremos organizarnos como Sur Global, algo que antes no existía”, afirmó Lula en su cuenta de la red social X (antigua Twitter) antes de intervenir en la XV Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de los BRICS, que empezó hoy en Johannesburgo (Sudáfrica).

“Somos importantes (los BRICS) en el debate global, sentados en la mesa de negociaciones, en pie de igualdad con la Unión Europea y Estados Unidos”, subrayó el mandatario brasileño.

En el marco de ese grupo de economías emergentes, que algunos expertos consideran un desafío a la hegemonía de Occidente, Lula enfatizó la necesidad de “crear un mundo más justo y solidario”.

“Lo que debemos hacer ahora es acabar con el hambre en el planeta Tierra. Es permitir que todos vivan con dignidad. Tenemos dinero para eso. Necesitamos voluntad política. Los BRICS tienen esta simbología: crear un organismo nuevo y fuerte para mejorar el mundo”, agregó.

Lula hizo esos comentarios antes del inicio del Foro Económico de los Líderes, que supone el pistoletazo de salida de la cumbre de Johannesburgo, que se celebra hasta el próximo jueves y en la que se abordarán asuntos como la expansión del bloque.

El evento contará con la presencia de los presidentes de Brasil, China, Xi Jinping, y Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, anfitrión de la cumbre, así como del primer ministro indio, Narendra Modi.

Se espera que el presidente de Rusia, Vladímir Putin, intervenga por videoconferencia debido a la orden de arresto emitida por la Corte Penal Internacional (CPI) contra él por presuntos crímenes de guerra en Ucrania.

Si Putin -representado en la cumbre por su ministro de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov- hubiera pisado Johannesburgo, Sudáfrica, como Estado miembro de la CPI, estaba obligada a proceder a su detención.

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