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MADRID, 11 ABRIL.- En los años 80, Marta Sánchez irrumpió en la escena musical española como una pionera de las divas del pop. Su paso por el grupo Olé Olé la catapultó a la fama, y su imagen sensual y atrevida la convirtió en un icono de la época. Sin embargo, la artista madrileña, que hoy tiene 58 años, siempre ha mantenido que su sensualidad era una expresión natural de su personalidad y no una estrategia de marketing.

“Yo no sexualicé nada, yo era yo”, afirma Sánchez en una reciente entrevista con EFE. “No era una estrategia, porque no sé fingir”. La artista recuerda que su estilo, que causó revuelo en su momento, como cuando acudió a animar a las tropas españolas en la Guerra del Golfo Pérsico en 1989, era simplemente una forma de expresarse.

“A mí nadie me impuso que fuese sexy ni que me vistiese de una forma determinada”, precisa. “Lo llevaba intrínseco en mi personalidad”. Sánchez asegura que su imagen sensual acompañaba al tipo de música que hacía en aquella época, “más juvenil y con letras menos trascendentales”.

“Y aunque se distrajera a la gente con mi físico, yo no dejé de cuidar mi labor vocal desde el principio”, comenta la artista, quien a lo largo de su trayectoria ha cosechado grandes éxitos, tanto en España como en Latinoamérica y Estados Unidos.

Su carrera ha estado marcada por momentos clave, como su colaboración con Andrea Bocelli en “Vivo por ella”, su versión de la popular copla “Y sin embargo te quiero” o su disco “Desesperada” (1998), que incluía baladas como “Los mejores años de nuestra vida”. Estos trabajos la llevaron a ser reconocida por la crítica y el público como una artista completa más allá de su imagen.

En la actualidad, Sánchez se encuentra en una etapa más madura de su carrera. Alejada del formato de LP, se presenta en teatros como el de la Zarzuela o el Albéniz de Madrid, donde el próximo 19 de junio ofrecerá un concierto en el marco del Universal Music Festival con un formato acústico y nuevos arreglos para su música.

“Ahora me apetece vivir”, confiesa la artista, quien desde 2015, cuando publicó su último disco “21 días”, no ha lanzado ningún nuevo trabajo discográfico. “Es un sacrificio muy grande, y yo no hago discos por hacer, solo cuando me resulta redondo por completo”, explica.

“Además, ahora hay mucha demanda de material musical, mucha gente que necesita éxitos, y es difícil encontrar canciones que me llenen”, añade. “Y también porque, después de casi 40 años de carrera, me apetece vivir”.

A pesar de no estar en el pico de su actividad discográfica, Sánchez se siente satisfecha con su trayectoria. “La música y el público me han devuelto muchísimo”, afirma. “Hay cosas buenísimas entre lo que he conseguido y, de las que quedaron en el camino, ya están obsoletas”.

La artista también se muestra orgullosa de haber contribuido a abrir camino para las mujeres en la música. “Me gustaría saber que, a lo mejor, mi manera de interpretar dejó un legado, un aprendizaje o una inspiración para artistas venideras”, reconoce.

Sin embargo, Sánchez no cree que haya que hacer distinciones por género. “Lo de que haya más féminas cantando es una cuestión de progresión natural”, opina. “Hay menos limitaciones hoy en día que antaño y han surgido más talentos de este sexo, pero tampoco rebuscaría las razones. Creo que, para hombres y mujeres, hay las mismas oportunidades. No creo que a nosotras se nos impida hacer carrera más que a los hombres”.

¿Habría preferido lanzar su carrera en la actualidad? “No, nosotros tuvimos una ventaja muy grande respecto a lo actual: los 80 y los 90 fueron las mejores décadas de la historia de la música”, responde Sánchez. “No quiero decir que ahora no se hagan cosas increíbles, que se hacen, pero superar los 80 y los 90… No lo tenemos fácil”.

Marta Sánchez sigue brillando con voz propia. A pesar de los años, la artista mantiene su pasión por la música y su espíritu rebelde. Es un ejemplo de superación y una figura clave en la historia de la música española.

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