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CIUDAD DE MÉXICO (AP) — El gobierno de Andrés Manuel López Obrador celebró el miércoles la entrada en vigor del nuevo tratado de libre comercio entre México, Estados Unidos y Canadá, el T-MEC, porque conllevará más desarrollo en el país, más inversiones y métodos para solucionar controversias.

“Son reglas claras”, dijo el presidente. “Ya no puede haber cierres de fronteras o aumento en aranceles de mercancías sin un procedimiento de tipo legal con los famosos paneles donde participen representantes de los tres países, entonces esto nos da mucha certidumbre”, explicó López Obrador en referencia a la amenazas lanzadas por Donald Trump el año pasado si México no frenaba el flujo de migrantes.

Tampoco se podrá cerrar una empresa por incumplimiento de la ley laboral sin que los tres países lo analicen.

“México cumplió en tiempo y forma”, aseguró el presidente.

El T-MEC, para cuya entrada en vigor se tuvieron que reformar varias leyes nacionales, comenzó a negociarse justo durante el cambio de administración en México y López Obrador espera que ayude a superar la crisis económica provocada por la pandemia, durante la que se han perdido en torno a un millón de empleos.

El tratado incorpora mejoras regulatorias, impulsos para las pequeñas y medianas empresas, nuevas cuestiones anticorrupción, avances en derechos de los trabajadores y temas de medio ambiente, entre otros. El acuerdo será el eje central de la visita de López Obrador a Washington los próximos 8 y 9 de julio.

“Estados Unidos aprecia los esfuerzos de nuestros socios en México y Canadá para asegurar que América del Norte refuerce sus vínculos económicos a la vez que combate la pandemia por el coronavirus”, dijo Trump el miércoles en un comunicado.

En el mismo, agregó que para conmemorar un “logro histórico” estaba deseando dar la bienvenida al mandatario mexicano y “continuar con nuestro importante diálogo en comercio, salud y otras cuestiones importantes para la seguridad y la prosperidad regional”.

El viaje, pensado en un inicio para este miércoles, es la primera salida al exterior del mandatario mexicano, que celebra el segundo aniversario de su victoria electoral.

La cita con Trump no está exenta de controversias porque se produce meses antes de las elecciones presidenciales en Estados Unidos y muchos la comparan con la desafortunada reunión del verano de 2016 entre el expresidente Enrique Peña Nieto y el entonces candidato republicano que, según algunos analistas, apuntó a Trump para ganar los comicios de noviembre.

El canciller Marcelo Ebrard no ofreció muchos datos de la agenda salvo que el primer día sería el encuentro bilateral y en el segundo se incorporaría a los actos el primer ministro canadiense, Justin Trudeau.

El presidente, por su parte, insistió en que lo fundamental será celebrar la entrada en vigor del tratado pero reconoció que se hablarán también otros temas.

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