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Jerusalén, 2 jun (EFE).- Un palestino murió por disparos de las fuerzas israelíes la madrugada de este jueves tras un enfrentamiento en un campo de refugiados cercano a Belén, en Cisjordania ocupada, informó el gobierno palestino.

Se trata de la segunda muerte de un palestino en menos de 12 horas en el marco de operativos “antiterroristas” de Israel.

Las fuerzas israelíes dispararon “premeditadamente” a Ayman Muhaisen, de 21 años, “con la intención de matarlo” en el campo de refugiados Dheisheh, deploró el ministerio de Exteriores de Palestina en un comunicado.

Otro palestino resultó herido en ese mismo lugar, informó la agencia palestina de noticias WAFA.

La Policía Fronteriza de Israel aseguró que el operativo en Dheisha tuvo el objetivo de “detener a un sospechoso de terrorismo”, y que sus uniformados “respondieron con fuego real” al recibir el impacto de “varios artefactos explosivos y piedras”.

Además de la redada en Dheisheh, las fuerzas israelíes llevaron acabo operaciones en las ciudades de Huwara, al-Khader, Dura, Qalqilya y Azun, que se saldaron con un total de nueve detenidos.

La noche del miércoles, Bilal Awad Tawfiq Kabha, de 24 años, murió durante enfrentamientos con el Ejército israelí en la ciudad de Ya’bad, cerca de Yenín, una región de Cisjordania ocupada en la que Israel ha centrado sus redadas “antiterroristas”. Otros seis palestinos resultaron heridos.

Las fuerzas israelíes llegaron “en 30 vehículos militares y una excavadora”, mientras “francotiradores del ejército se subieron a los tejados de las casas de la ciudad, disparando balas reales y botes de gas lacrimógeno a los residentes”, aseguró WAFA.

Tras los enfrentamientos, los soldados israelíes demolieron la residencia de Dia Hamarsha, quien habría asesinado a cinco personas en la ciudad de Bnei Brak el 29 de marzo, y arrestaron a su padre.

El primer ministro palestino, Mohamed Shtaye, condenó estos hechos y aseguró que las redadas israelíes en Cisjordania “forman parte de la operación sistemática de matanza” bajo la autorización del primer ministro Naftali Benet, quien “ofrece la sangre del pueblo palestino como soborno a los extremistas israelíes para preservar la frágil cohesión de su gobierno”.

Desde finales de marzo, han tenido lugar en Israel seis ataques cometidos por palestinos o árabes-israelíes, causando 18 muertos. Las fuerzas israelíes han respondido con redadas y operaciones de “contraterrorismo” en Cisjordania, que han dejado una cincuentena de palestinos muertos, algunos de ellos civiles desarmados como la periodista Shireen Abu Akleh.

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