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Nápoles, 30 abr (EFE).- Antes incluso de que dé comienzo el partido que tiene la llave de la matemática, el Inter-Lazio que debe terminar con una victoria del Inter o con empate, la ciudad de Nápoles empieza el día de celebración orgullosa, plenamente consciente de la magnitud del reto y a la altura de lo que significa un ‘Scudetto’ que está a las puertas de certificarse.

EFE/EPA/CARMELO IMBESI

La espera ha sido tan larga y la ventaja que tiene es tan amplia que en Nápoles ya todo da igual. Es una ciudad preparada para una fiesta que dio comienzo este domingo por la mañana, antes incluso de saber si la aritmética permitirá acortar los plazos del trámite.

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Los aficionados tienen claro que son campeones. Quieren serlo lo antes posible y mejor si es en casa. Por eso esta jornada es tan especial. Las masas ya están en la calle moviéndose de un lado a otro, encontrándose con sus respectivos afines para disfrutar del que esperan sea un domingo largo.

Todos los aficionados están como Pascuale, un napolitano que vive en el norte, por lo que siente una “cuádruple satisfacción” por haberse impuesto a los “grandes equipos del norte”. Y es que en Italia, la brecha tan grande que divide el país en dos no escapa del fútbol.

“Este ‘Scudetto’ representa años de sacrificio, de espera y de haber tenido grandes desilusiones. Habíamos intentado alcanzar a los grandes equipos del norte y nunca habíamos ganado”, dijo a EFE Pascuale en las céntricas calles de una Nápoles más azul que nunca, con una banda sonora propia gracias a los pitidos de los coches y motos y también a los petardos.

Pascuale ya da por hecho que su equipo ha ganado el título. No hay otra posibilidad.

“Es un orgullo puro para los napolitanos haber ganado el ‘Scudetto’ con seis jornadas de anticipo. Hemos batido y matado a los grandes del norte”, insistió.

“Hay una diferencia entre el primero (1987) y el tercero, el primero era muy esperado porque nunca había pasado. Esta vez tenemos la experiencia para hacer una gran fiesta. Son más personas las que han venido a la ciudad, más extranjeros que quieren disfrutar de Nápoles coloreada de azul”.

Los ‘Fedayn’ napolitanos, uno de los grupos históricos de ultras en el ‘calcio’, iniciaron un desfile por el centro histórico de la ciudad dirección a la estación central desde la que partirán al Estadio Diego Armando Maradona para, siempre que el resultado del Inter-Lazio lo habilite, certificar el tercer ‘Scudetto’ de su historia.

Una vez más, en lo que ya se ha convertido en la normalidad napolitana, la ciudad amaneció teñida de azul, con un aroma de victoria y de orgullo que recorre cada centímetro de la ciudad, esperando con ansia el momento en el que se certifique su gesta.

Tomás Frutos

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