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París, 23 mar (EFE).- El líder de la Confederación Francesa Democrática del Trabajo (CFDT, primer sindicato del país), Laurent Berger, mostró su descontento con Emmanuel Macron y su voluntad de pasar página de la reforma de las pensiones, ya adoptada, y avisó de que pondrá condiciones al diálogo sobre cualquier tema.

“Si es para medidas cosméticas, la respuesta es no”, advirtió Berger en una entrevista al canal BFMTV este jueves, en el que las centrales organizan la novena jornada de paros y manifestaciones en poco más de dos meses contra la reforma de las pensiones, y la primera desde que el Gobierno decidió adoptarla por decreto al no tener una mayoría parlamentaria suficiente.

El secretario general de la CFDT replicaba así a las palabras de Macron, que en una entrevista en televisión el miércoles, además de justificar su reforma -“no es un lujo, es una necesidad”-, se quejó de que los sindicatos no habían propuesto ningún compromiso, pero también dijo querer restablecer el diálogo social sobre las condiciones de trabajo.

Berger, cuyo sindicato se caracteriza por su moderación y por haber estado implicado en muchos acuerdos en el pasado -también para anteriores reformas de pensiones-, dijo que la CFDT participará en discusiones, “pero con dos condiciones”.

La primera, que no sea simplemente para decir que se les escucha, pero en realidad sin tenerles en cuenta, como se queja que ha pasado con las pensiones, y la segunda, saber hasta dónde está dispuesto a llegar el Gobierno.

Preguntado sobre si las protestas van a continuar a pesar de que la reforma de las pensiones esté ya formalmente adoptada, su respuesta fue que “no ha sido validada por el Consejo Constitucional”.

Una alusión a los recursos que ha presentado la oposición (tanto la izquierda como la extrema derecha) pero también el propio Gobierno para intentar acelerar su examen.

Los sindicatos se han mantenido hasta ahora unidos en su rechazo a la reforma, que retrasa la edad mínima de jubilación de los 62 años actualmente a 64, pese a las evidentes divergencias de estrategia.

Todos condenan la violencia en que degeneran algunas manifestaciones por la acción de grupos radicales, pero a diferencia de la CFDT, la Confederación General del Trabajo (CGT, el segundo del país) es el que está detrás de casi todos los paros que se suceden desde hace más de dos semanas en el transporte público, en la energía, en la recogida de basuras o en las refinerías.

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