Publicidad

Managua, 1 jun (EFE).- Organizaciones opositoras de Nicaragua lanzaron este miércoles un paro de compras de combustibles para automóviles y de consumo de electricidad, con el objetivo de mostrar “resistencia” al Gobierno del presidente Daniel Ortega, al que tildaron de “dictadura”, en el marco de la crisis que vive el país desde abril de 2018.

“El paro tiene dos vertientes: la primera es no comprar combustibles los días miércoles, la otra es no consumir energía en una hora determinada del día o la noche. Lo que se busca es manifestar resistencia sin exponerse a la cárcel”, dijo a Efe el portavoz de la organización Nicaragüenses en el Mundo (NEEM), Hugo Jiménez.

Nicaragua atraviesa una crisis política y social desde abril de 2018, cuando miles de nicaragüenses salieron a las calles a protestar por unas controvertidas reformas a la seguridad social, que luego se convirtieron en una exigencia de renuncia del presidente Ortega debido a que respondió con la fuerza.

Las protestas, calificadas por el Ejecutivo como un intento de golpe de Estado, dejaron al menos 355 muertos, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), aunque organismos locales elevan la cifra a 684 y el Gobierno reconoce 200.

Los promotores del paro, un grupo compuesto por decenas de organizaciones opositoras aglutinadas en el denominado “Espacio de diálogo y confluencia de actores nicaragüenses”, señalaron que el objetivo no es vaciar repentinamente las gasolineras o que las casas permanezcan a oscuras, sino demostrar repudio a Ortega a través de la merma en las ganancias de estos productos.

“No vas a tumbar a la dictadura, pero le vas a rascar algo a la mafia que controla el combustible y la energía en el país, le vas a decir que estás en resistencia, como el 7 de noviembre (día de las elecciones generales) que el pueblo le cerró las puertas. Este es otro esfuerzo”, indicó Jiménez.

“Por seguridad acordamos que sea todos los miércoles, no uno solo, y que la gente apague la luz de su casa cuando pueda, porque si lo dejábamos todo sincronizado siempre hay quien te observa, y no se quiere que la lista de presos políticos siga creciendo”, explicó el portavoz.

Otra manera de guardar la seguridad de los manifestantes es que el llamado al paro se hizo desde las organizaciones de la diáspora y de nicaragüenses en el exilio, como NEEM, para evitar que la responsabilidad recaiga en los opositores que siguen en el país.

Los opositores esperan que cada miércoles las gasolineras, especialmente las que están relacionadas con los sandinistas y la familia de Ortega, sean menos visitadas, y que las distribuidoras de energía mermen sus ganancias, en la medida en que más nicaragüenses se sumen a la iniciativa.

La crisis en Nicaragua se ha acentuado tras las controvertidas elecciones generales del pasado 7 de noviembre, en las que Ortega fue reelegido para un quinto mandato, cuarto consecutivo y segundo junto con su esposa, Rosario Murillo, como vicepresidenta, con sus principales contendientes en prisión.

Publicidad