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Brasilia, 10 mar (EFE).- La estatal brasileña Petrobras anunció este jueves un aumento del 18,8 % en los precios de la gasolina, lo cual fue interpretado como una consecuencia directa del impacto de la invasión rusa a Ucrania en el mercado internacional de petróleo.

La empresa explicó en un comunicado que desde hace dos meses no alteraba los precios de los combustibles, que entre fines del 2021 y enero pasado habían acumulado un alza de casi el 50 % y presionado la inflación, que se sitúa en torno al 10 % anual.

Según Petrobras, a partir de este viernes la gasolina será vendida a las distribuidoras a un precio medio de 3,86 reales (0,77 dólares), pero el consumidor final pagará mucho más, pues a ese valor se le añaden impuestos y la ganancia de las gasolineras, que difieren en las distintas regiones del país.

Hasta hoy, el litro de gasolina en Brasil tiene un precio medio cercano a los 7 reales (1,4 dólares), que el Gobierno del presidente Jair Bolsonaro pretendía reducir mediante rebajas tributarias que se discuten en el Parlamento.

En el caso del diesel, más utilizado por los camioneros y también con previsible impacto sobre la inflación, Petrobras informó de que el aumento del precio para las distribuidoras a partir del viernes será del 24,9 %.

Como consecuencia de la escalada de los combustibles y su impacto en la inflación, que comenzó mucho antes de que estallase la guerra en Ucrania, el Banco Central de Brasil ha promovido un proceso de aumento de las tasas básicas de interés, que han llegado al 10,75 % anual, su mayor nivel desde abril de 2017.

La incertidumbre global causada por la invasión rusa a Ucrania ha tomado a Brasil en un momento de dudas, pues si bien la economía del país creció un 4,5 % en 2021 y compensó la caída del 3,9 % que tuvo en 2020 debido a la pandemia de coronavirus, las perspectivas para este año no son favorables.

Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), el PIB de Brasil crecerá solo un 0,3 % en 2022, un cálculo que es compartido por los analistas del mercado, que entre otros motivos toman en cuenta la inseguridad que generan las próximas elecciones presidenciales.

En octubre próximo, Brasil irá a las urnas y, hasta ahora, todas las encuestas sitúan como favorito al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien defiende un Estado más presente en los procesos económicos, frente al modelo liberal que ha intentado imponer el Gobierno del ultraderechista Jair Bolsonaro.

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