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SUNDOWN, Estados Unidos, 20 nov (Reuters) – Brett Fryar es como muchos otros republicanos. Quiropráctico de 50 años en Sundown, una ciudad del oeste de Texas, es dueño de un pequeño negocio. Tiene dos títulos universitarios, un máster en química orgánica y asiste a la Iglesia Bautista Southcrest en la cercana Lubbock.

A Fryar no le gustaba mucho Donald Trump al principio, durante la campaña presidencial de 2016, votó por el senador de Texas Ted Cruz en las primarias republicanas.

Ahora, Fryar dice que iría a la guerra por Trump. Se ha unido a los recién formados South Plains Patriots (Patriotas de las Praderas del Sur), un grupo de unos pocos cientos de miembros que incluye una fuerza “de reacción” de unas tres docenas personas -como Fryar y su hijo, Caleb- que se entrenan con armas.

Nada convencerá a Fryar y a muchos otros en Sundown, entre ellos al alcalde del pueblo (otro miembro de los Patriotas), de que el demócrata Joe Biden ganó las elecciones presidenciales del 3 de noviembre de forma legítima. Creen en las acusaciones de fraude electoral de Trump y dicen que se preparan para la posibilidad de una “guerra civil” contra la izquierda política americana.

“Si el presidente Trump dice: ‘Muchachos, tengo pruebas irrefutables de fraude, los tribunales no las escucharán, y ahora estoy llamando a los estadounidenses a tomar las armas’, iríamos”, dijo Fryar, en una reciente entrevista en su oficina.

La confianza inquebrantable en Trump en esta ciudad de unos 1.400 habitantes refleja un fenómeno nacional entre muchos republicanos, a pesar de la ausencia de pruebas en un aluvión de demandas poselectorales del presidente y sus aliados. Cerca de la mitad de los republicanos encuestados por Reuters/Ipsos dijeron que Trump “ganó legítimamente” las elecciones pero que le robaron con un fraude sistémico en favor de Biden, según una encuesta realizada entre el 13 y el 17 de noviembre. Sólo el 29% de los republicanos dijeron que Biden ganó legalmente. Otras encuestas desde la elección han reportado que una proporción aún mayor -hasta el 80%- de los republicanos confían en la narrativa de fraude sin fundamento de Trump.

La embestida legal de Trump ha fracasado hasta ahora. Los jueces han desestimado rápidamente muchos casos y sus abogados han abandonado o se han retirado de otros. Ninguno de los casos contiene acusaciones -mucho menos pruebas- que puedan invalidar suficientes votos para anular la elección, dicen expertos electorales.

Y, sin embargo, las acusaciones de robo en las elecciones están demostrando ser políticamente potentes. Todos, excepto un puñado de legisladores republicanos, han respaldado las afirmaciones de fraude de Trump o se han mantenido en silencio, congelando en la práctica la transición cuando el presidente en ejercicio se niega a reconocer el resultado.

Trump ha logrado sembrar más desconfianza en los medios de comunicación, que suelen anunciar los resultados de las elecciones, y ha socavado la fe de los ciudadanos en los funcionarios electorales estatales y locales que sustentan la democracia estadounidense.

Reuters entrevistó a 50 personas que votaron por Trump y todos dijeron que creían que las elecciones estaban amañadas o eran de alguna manera ilegítimas. De ellos, 20 dijeron que considerarían la posibilidad de aceptar a Biden como su presidente, pero sólo a la luz de una prueba de que la elección se llevó a cabo de manera justa. La mayoría repitió desacreditadas las teorías de conspiración propugnadas por Trump, funcionarios republicanos y medios de comunicación conservadores que afirman que millones de votos fueron cambiados para favorecer ilegalmente a Biden en estados clave, por trabajadores electorales sesgados y máquinas de votación pirateadas.

Muchos votantes entrevistados por Reuters dijeron que formaron sus opiniones siguiendo a medios de comunicación de la derecha emergente como Newsmax y One American News Network, los que han amplificado las afirmaciones de fraude de Trump. Algunos incluso han boicoteado a Fox News, molestos con la cadena porque declaró a Biden ganador de las elecciones y porque algunos de sus presentadores de noticias -en contraste con sus estrellas de programas de opinión- se han mostrado escépticos ante las acusaciones de fraude de Trump.

“Acabo de enviar un correo electrónico a Fox News”, dijo Fryar: “Son la única cadena de noticias que he visto en los últimos seis años, pero no los veré más”.

El rechazo generalizado del resultado de las elecciones entre los republicanos refleja una nueva y peligrosa dinámica en la política estadounidense: la normalización de las falsas y cada vez más extremas teorías de conspiración entre decenas de millones de votantes, según estudiosos de la política, analistas y algunos legisladores de ambos bandos. Esta tendencia tiene implicaciones profundamente preocupantes de largo plazo para las instituciones políticas y cívicas estadounidenses, dijo Paul Light, un veterano politólogo de la Universidad de Nueva York (NYU).

“Esto es distópico”, dijo Light. “Estados Unidos podría fracturarse”.

Adam Kinzinger, un republicano de la Cámara de Representantes, es uno de los pocos miembros del partido que reconoce públicamente la victoria de Biden, y calificó la renuencia de sus colegas republicanos a rechazar las teorías conspirativas de Trump como una falta de coraje político que amenaza con socavar la democracia estadounidense por años. Si los ciudadanos pierden la fe en la integridad de las elecciones, eso podría conducir a “un camino realmente malo”, incluyendo la violencia y el malestar social, dijo en una entrevista.

David Gergen, asesor de cuatro presidentes estadounidenses, dos demócratas y dos republicanos, dijo que Trump está tratando de “poner de rodillas” al gobierno de Biden antes de que asuma el poder, señalando que esta es la primera vez que un presidente estadounidense en ejercicio ha tratado de anular un resultado electoral.

Puede que no sea la última vez. Muchos republicanos ven los ataques a la integridad de las elecciones como un tema clave para futuras campañas, incluyendo la próxima carrera presidencial, según un operativo republicano cercano a la campaña de Trump. El partido, dijo la fuente, está creando un impulso para “una supervisión mucho más estricta de los procedimientos de votación en 2024”, cuando el candidato del partido probablemente sea Trump o a quién designe como su sucesor.

Otros republicanos pidieron paciencia y fe en el gobierno. Charlie Black, un veterano estratega republicano, no cree que los legisladores republicanos continúen respaldando las afirmaciones de fraude de Trump después de la toma de posesión de Biden. Necesitarán la cooperación de la Casa Blanca en las funciones básicas del gobierno, como las partidas presupuestarias y los proyectos de ley de defensa, dijo.

“La gente verá que todavía tenemos un gobierno que funciona”, dijo Black, y los republicanos se “resignarán a Biden y verán que no es el fin del mundo”.

La campaña de Biden no quiso hacer comentarios para esta historia. Boris Epshteyn, un asesor estratégico de la campaña de Trump, dijo: “El presidente y su campaña confían en que cuando cada voto legal sea contado, y cada voto ilegal no, se determinará que el presidente Trump ha ganado la reelección para un segundo mandato.”

“DE NINGUNA MANERA”

Los medios de comunicación declararon a Biden ganador de las elecciones el 7 de noviembre, cuando finalizaron los conteos en los estados en disputa. La ventaja de Biden en el Colegio Electoral, que decide la presidencia, se amplió a 306 sobre 232.

Muchos votantes republicanos se burlan de esos resultados, convencidos de que Trump fue engañado. Raymond Fontaine, propietario de una ferretería en Oakville, en el estado de Connecticut, dijo que el total de votos de Biden -el más alto de cualquier candidato presidencial en la historia- no tiene sentido porque el demócrata de 78 años de edad hizo relativamente pocas apariciones en la campaña y parecía estar sufriendo un deterioro mental.

“¿Me vas a decir que 77 millones de estadounidenses votaron por él? De ninguna manera”, dijo Fontaine, de 50 años.

El más reciente recuento de votos para Biden ha aumentado a unos 79 millones, comparado con los 73 millones de Trump.

Como muchos partidarios de Trump entrevistados por Reuters, Fontaine desconfía profundamente de las máquinas de votación computarizadas. Trump y sus aliados han alegado, sin presentar pruebas, una gran conspiración para manipular los votos a través del software usado en muchos estados disputados.

En el condado de Grant, Virginia Occidental -una región montañosa donde más del 88% de los votantes apoyó al presidente- la confianza en Trump es profunda. Janet Hedrick, copropietaria del centro turístico de cabañas Smoke Hole Caverns en el pequeño pueblo de Cabins, dijo que nunca aceptaría a Biden como presidente legítimo.

“Hay millones y millones de votos de Trump que acaban de ser descartados”, dijo Hedrick, una maestra de 70 años y bibliotecaria jubilada. “Esa computadora los estaba desechando”.

En el restaurante Sunset en Moorefield, en Virginia Occidental, donde sirven tortillas, panqueques y las camareras memorizan los pedidos, la mención de la elección desató una animada discusión en una mesa. Gene See, un inspector de construcción de carreteras jubilado, y Bob Hyson, un gerente de ventas de seguros casi jubilado, dijeron que Trump había sido engañado, que Biden tenía demencia y que los demócratas han planeado todo el tiempo reemplazar rápidamente a Biden por su compañera de fórmula más liberal para la vicepresidencia, Kamala Harris.

“Creo que si llegan al fondo del asunto, encontrarán un enorme fraude”, dijo otro de los comensales, Larry Kessel, un granjero de 67 años.

La esposa de Kessel, Jane, le dio una palmadita en el brazo para tratar de calmarlo, mientras se exaltaba y se quejaba de los prejuicios de los medios de comunicación contra Trump.

La ira de Trump contra los medios ha incluido últimamente despotricar contra Fox News. Ha empujado a sus partidarios hacia medios de comunicación más a la derecha como Newsmax y One America News Network, que han defendido las demandas de fraude del presidente.

Rory Wells, de 51 años, un abogado de Nueva Jersey que asistió la semana pasada a una protesta electoral proTrump “stop the steal” (paren el robo) en Trenton, dijo que ahora mira Newsmax porque Fox no es lo suficientemente conservadora.

“Me gusta que pueda escuchar a Rudy Giuliani y a otros que no son inmediatamente considerados locos”, dijo sobre el principal abogado electoral de Trump.

El presidente de Newsmax, Chris Ruddy, dijo que el número de espectadores de la cadena se ha disparado desde las elecciones, con casi 3 millones cada noche a través de la televisión por cable y los dispositivos de vídeo.

Ruddy dijo que Newsmax no está diciendo que Biden robó la elección, pero que tampoco está diciendo que ganó porque Trump tiene demandas legales válidas. “Los mismos medios de comunicación que dijeron que Biden ganaría por un margen aplastante ahora quieren no tener recuentos”, dijo en una entrevista telefónica.

Charles Herring, presidente de One America News Network, dijo que su cadena ha visto tres semanas de índices de audiencia récord, ya que “los frustrados televidentes de Fox News” la han sintonizado.

“DE NINGUNA MANERA”

Algunos partidarios de Trump dijeron que aceptarían a Biden como ganador si es el resultado final y oficial. Janel Henritz, de 36 años, se hizo eco de algunos otros al decir que ella creía que hubo fraude en la elección, pero tal vez no lo suficiente como para cambiar el resultado. Henritz, que trabaja junto a su madre Janet Hedrick en UN centro turístico de cabañas de madera en Virginia Occidental, dijo que aceptaría el resultado si Biden sigue siendo el ganador después de los recuentos y las impugnaciones judiciales.

“Entonces él ganó justamente,” dijo ella.

En Sundown, Texas, el alcalde Jonathan Strickland dijo que “de ninguna manera” Biden ganó limpiamente. La única forma en que lo creerá, dijo, es si el mismo Trump lo dice.

“Trump es el único en el que hemos podido confiar en los últimos cuatro años”, dijo Strickland, un ingeniero de producción petrolera. “En lo que respecta a la guerra civil, no creo que esté descartada”.

Si se trata de una pelea, Caleb Fryar está listo. Pero el hijo de 26 años de Brett Fryar, el quiropráctico, dijo que esperaba que las acusaciones de fraude de Trump provocaran una movilización masiva de los votantes republicanos en futuras elecciones.

Cuando se le preguntó si Trump podría estar engañando a sus seguidores, dijo que sería difícil de entender.

“Si estoy siendo manipulado por Trump (…) entonces es el mayor estafador que ha vivido en América”, dijo Caleb Fryar. “Yo creo que es el mayor patriota que jamás haya existido”.

*Reporte de Brad Brooks en Texas, Nathan Layne en Virginia Occidental y Tim Reid en California; Editado en español por Javier López de Lérida

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