Publicidad

MONTREAL, 07 MAYO.- Poutine, el icónico plato canadiense que combina patatas fritas, queso y salsa gravy, se ha convertido en un favorito de la gastronomía mundial. Originario de Quebec, Canadá, este platillo es una deliciosa transmutación de las clásicas papas fritas francesas, que se fusionaron con los sabores de la salsa gravy de la gastronomía anglosajona. Con un sabor único y reconfortante, es comúnmente vendido en puestos callejeros y se ha convertido en un símbolo de la cultura culinaria canadiense.

La elaboración del poutine es relativamente sencilla. Después de cortar y freír las patatas en aceite caliente, se agrega queso en trozos pequeños y se espera a que se ablande con el calor. Por último, se añade la salsa gravy, hecha con una base de carne y un sabor profundo y aterciopelado, que se mezcla con el queso y las patatas para crear una mezcla cremosa y deliciosa.

Aunque el poutine es sin duda un plato indulgente y calórico, puede ser disfrutado ocasionalmente como un placer culinario dentro de una dieta equilibrada. Además, se puede personalizar agregando tocino frito, carne de langosta o cualquier otro ingrediente que desees.

Si deseas probar este plato en casa, aquí tienes la receta básica para cuatro personas: pela y corta en bastones aproximadamente 1 kg de patatas. Fríelas en abundante aceite caliente durante unos diez minutos y retíralas para escurrir el exceso de aceite. Agrega sal y pimienta al gusto, queso en trozos pequeños y salsa gravy caliente.

Si lo deseas, puedes pasar el plato por el horno durante unos minutos a 200 grados para que el queso se funda aún más. ¡Sirve y disfruta!

Publicidad