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Madrid, 16 jun (EFE).- La expedición española SOS Arctic 2022, liderada por el explorador Ramón Larramendi, ha descubierto una montaña de roca de unos 30 metros de altura sobre la capa del hielo y 2.205 metros sobre el nivel del mar en Groenlandia durante la travesía polar realizada con su vehículo cero emisiones, el Trineo de Viento.

Este pico denominado “nunatak” (isla de roca rodeada de hielo, en inuit), que no figuraba en ningún mapa, ha emergido a 25 kilómetros del límite de tierra de la isla, en medio de una inmensa llanura interior como consecuencia del cambio climático, explicó Larramendi en un comunicado.

“Fue una gran sorpresa porque esperábamos una planicie y allí estaba ese pico rocoso”, destacó Larramendi, quien insistió en que “el cambio climático avanza a pasos agigantados en el Ártico”.

SOS Arctic 2022, que inició su recorrido el pasado 17 de mayo y finalizó en el hielo el 11 de junio, ha recorrido un total de 1.016 kilómetros durante su décimo primera expedición a territorios polares, siendo la primera ocasión e la que realiza una ruta de oeste a este en Groenlandia con el Trineo de Viento, un vehículo polar cero emisiones diseñado por Larramendi basándose en sus conocimientos gracias a su convivencia con los inuit.

A bordo de este transporte de 14 metros de largo y 3,5 metros de ancho, compuesto por cuatro módulos -una locomotora, dos módulos de carga y uno de habitabilidad-, han viajado la científica Lucía Hortal, la ambientalista Begoña Hernández, el alpinista Carlos Pitarch, el también alpinista Marcus Tobía, el montañero y periodista Juan Manuel Sotillos y Larramendi, a una velocidad de 40 kilómetros por hora y con cerca de 2.000 kilos de material de carga.

El equipo de la expedición SOS Arctic 2022, alineada con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y la Agenda 2030, ha puesto en marcha, durante su paso por el Ártico actividades para dos proyectos científicos relacionados con la existencia de microorganismos y partículas característicos de la meseta de hielo bajo la dirección de Hortal.

Se han recogido muestras del interior del hielo para la investigación espacial SOLID, destinado a detectar vida en otros planetas del Sistema Solar, como Marte o las lunas heladas de Júpiter y Saturno desarrollado desde el Centro de Astrobiología del Instituto Nacional de Técnica Aeronáutica (INTA-CSIC).

Además, se ha diseñado un colector de muestras de aire activo a lo largo del recorrido para el proyecto del grupo MicroAirPolar de la Universidad Autónoma de Madrid, desde el que se prevé desarrollar un mapa de poblaciones microbianas en los polos, para conocer cómo se distribuyen, la resiliencia al cambio climático y cómo eso puede afectar al resto de comunidades con las que interaccionan.

La expedición, que sufrió un retraso de varios días debido a sucesivas y diferentes tormentas, han avanzado durante gran parte de las jornadas haciendo turnos de pilotaje por la noche para aprovechar mejor el viento, llegó a soportar tormentas y rachas de viento pasando por tramos de hasta 200 kilómetros, e incluyó también una parada en Dye-3, una base radar americana de los años 50 abandonada desde 1990 prácticamente sepultada en la nieve.

“Estoy muy contento de que de nuevo el Trineo de Viento esté en movimiento, tras el parón de los dos años anteriores, demostrando una vez más que es una gran alternativa, eficiente, sostenible y económica, para moverse por el interior de los territorios polares”, aseguró Larramendi.

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