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Adrian R. Huber

El piloto español Fernando Alonso durante el GP de Hungría de este fin de semana. EFE/EPA/Zsolt Czegledi

Budapest, 1 ago (EFE).- El neerlandés Max Verstappen (Red Bull), que el año pasado destronó al séptuple campeón del mundo inglés Lewis Hamilton (Mercedes), está cada vez más cerca de revalidar título, tal y como volvió a demostrar el domingo al exhibirse en el Gran Premio de Hungría, el último antes del parón vacacional; que se abrió este lunes con la noticia del fichaje del doble campeón mundial español Fernando Alonso por la escudería Aston Martin.

Alonso, que festejó el viernes su cuadragésimo primer cumpleaños en el Hungaroring -el circuito en el que firmó la primera de sus 32 victorias-, jugó al despiste el pasado jueves, al afirmar que su deseo era el de seguir en Alpine y que, según respondió a Efe en Hungría, “en vacaciones” se sentaría con los responsables de su actual escudería, con los que “en diez minutos” podría llegar a un acuerdo si ambas partes coincidían.

Este lunes, sin embargo, se anunció su fichaje -con un contrato de varios años- por Aston Martin, en la que ocupará el espacio que deja libre el cuádruple campeón mundial alemán Sebastian Vettel, que se retira cuando acabe esta temporada.

El doble campeón mundial asturiano será compañero del canadiense Lance Stroll, el hijo del propietario de ese equipo de F1, Lawrence Stroll.

Antes de conocerse el bombazo del cambio de equipo de Alonso, Verstappen ‘reventó’ el Mundial en Hungría, donde firmó su octava victoria en las trece primeras carreras del año, después de arrancar décimo en el Hungaroring, en el que no es nada fácil adelantar, y donde se recuperó, además, después de hacer un trompo.

Verstappen, de 24 años, demostró que es un auténtico súper-depredador deportivo y, aprovechando nuevos errores estratégicos de Ferrari, amplió su ventaja al frente del campeonato tras ganar una carrera en la que los Mercedes, el de Hamilton y el de su compañero y compatriota George Russell, acabaron segundo y tercero; y en la que los Ferrari, el del español Carlos Sainz -segundo en parrilla, por detrás del anterior- y el monegasco Charles Leclerc -que había arrancado tercero- concluyeron cuarto y sexto, respectivamente.

La ‘Scuderia’ perdió otra ocasión clara de acortar distancias en una prueba en la que el otro Red Bull, el del mexicano Sergio Pérez, que arrancaba undécimo, concluyó quinto en un día brillante para la escudería austriaca, que amplió su ventaja en ambos campeonatos.

Verstappen lidera con 258 puntos, ochenta más que Leclerc y con 85 más respecto a ‘Checo’, que es tercero en un campeonato en el que Sainz es ahora quinto, con 156.

Red Bull encabeza el Mundial de constructores con 431 unidades, 97 más que Ferrari; a la que se está acercando peligrosamente Mercedes, que -aún lejos de las prestaciones que la llevaron a ganar los últimos ocho campeonatos por equipo- ya es tercera en esa clasificación, a 30 unidades de los de Maranello.

Ferrari destacó en pretemporada y llamó aún más poderosamente la atención al lograr doblete en la primera carrera, que Leclerc ganó por delante de Sainz. Verstappen, que comenzó la defensa del título con un abandono en Sakhir, se impuso en Arabia Saudí, por delante de los dos pilotos del equipo de Maranello -esta vez con Carlos por delante de Charles- pero volvió a retirarse en Australia, donde Leclerc ganó la tercera carrera del año por delante de ‘Checo’.

Red Bull redondeó una gran jornada en Imola (Italia), en casa de la ‘Scuderia’ -el Autódromo Enzo e Dino Ferrari-, que completó una jornada para el olvido en la que ‘Mad Max’ ganó por delante de su compañero mexicano el Gran Premio de la Emilia Romagna. El primero de los tres que encadenó y que, después de anotarse el triunfo en la debutante Miami, culminó con una victoria en España: en Montmeló (Barcelona); el circuito en el que hace seis años se convirtió en el más joven ganador de la historia y donde le arrebató el liderato a Leclerc.

Un liderato que ‘Mad Max’ amplió, el domingo, a ochenta puntos.

La escudería austriaca prosiguió su marcha triunfal en Mónaco, donde ‘Checo’ se anotó su tercera victoria en la F1, en la prueba más icónica del calendario; por delante de Sainz y de su colega neerlandés. Que volvería a ganar las dos siguientes carreras: en Azerbaiyán -donde el bravo piloto tapatío completó otro ‘doblete’ de Red Bull- y en Canadá, por delante de Carlos y de Hamilton; que ese día logró el primero de los cinco podios que encadenó hasta Hungría.

Gran Bretaña supuso la primera victoria en la categoría reina de Sainz, en otro escenario mítico: en Silverstone, sede, en 1950, de la primera carrera de la historia de la F1. En la legendario pista inglesa, el hijo del ‘Matador’ se impuso por delante de ‘Checo’ , que, entretanto suma 21 podios en la división de oro del automovilismo.

Leclerc logró su tercera victoria del año en el Red Bull Ring de Spielberg, donde ganó en casa de la escudería del nuevo ídolo deportivo de los Países Bajos, que acabó segundo una carrera que seguramente hubiese acabado en esa posición Sainz, que acabó retirándose, con el motor de su Ferrari en llamas. Y cuando tenía una ocasión de oro para recortarle la ventaja a Verstappen -al igual que él, de 24 años-, el piloto del principado de la Costa Azul se accidentó, por error propio, en Francia, abandonando, por tercera vez en lo que va de curso, una carrera en la que había salido desde la ‘pole’.

‘Mad Max’ recogió agradecido el regalo y se anotó la séptima victoria de la temporada en Paul Ricard. Igualando los 27 triunfos en F1 del mítico Jackie Stewart -triple campeón del mundo (1969,71 y 73)- y contento de saber que, pasase lo que pasase en Hungría, regresaría de vacaciones liderando de forma sólida el certamen.

En el Hungaroring advirtió que la ventaja no era suficiente como para irse relajado al parón vacacional y que, además, quería lograr más victorias.

Dicho y hecho. No importaba que saliese décimo; ni que Sainz, con elegancia, restase importancia a los nuevos errores de planteamiento de su equipo. Verstappen mejoró a Stewart en las afueras de Budapest, sumó su triunfo número 28 y prácticamente dejó resuelto a su favor un Mundial que domina, también, de forma psicológica.

En la pista en la que Alonso festejó el viernes su cuadragésimo primer cumpleaños, Russell le había birlado -por sólo 44 milésimas- la ‘pole’ a Sainz y salió por delante de los dos Ferrari; con el español de Alpine sexto en parrilla y ‘Checo’, eliminado en la Q2, undécimo: un puesto por detrás de su capitán.

Red Bull y Mercedes acertaron; y Ferrari patinó: en una carrera en la que Alonso, que acabó octavo, confirmó su décima plaza en un campeonato en el que le ha perseguido la mala suerte y en el que ya tiene a tiro -a cinco puntos- la novena plaza del finlandés Valtteri Bottas (Alfa Romeo).

Verstappen se marcha, confirmando que es el mejor de la clase, a tomarse unas más que merecidas vacaciones. Las de un Mundial que se reanudará el último fin de semana de agosto, en Spa-Francorchamps (Bélgica), donde tendrá lugar la primera de las tres carreras que se disputarán en tres fines de semana seguidos.

Justo después de Bélgica, se correrá en Zandvoort (Países Bajos) y en Monza (Italia), sede del la última prueba europea; en un certamen que se clausurará el 20 de noviembre, como viene siendo habitual los pasados años, en el circuito de Yas Marina de Abu Dabi, en los Emiratos Árabes. Nueve carreras en las que Alonso lo dará todo por Alpine, pero con un ojo puesto en Aston Martin, equipo con el que acelerará a partir de la próxima temporada.

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