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São Paulo, 29 mar (EFE).- Las víctimas de la dictadura militar piden al Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva que cumpla su promesa de reinstalar la Comisión de Muertos y Desaparecidos, y que recupere la memoria histórica vilipendiada por la gestión de Jair Bolsonaro, en vísperas del 60 aniversario del golpe de Estado en Brasil.

El Grupo Tortura Nunca Mais y otras organizaciones de derechos humanos están inmersos en diferentes campañas para recordar el golpe que derrocó al presidente João Goulart entre el 31 de marzo y el 1 de abril de 1964 y dio paso a una dictadura militar de 21 años.

En 2023 el Gobierno de Lula lanzó la Semana del Nunca Más a fin de preservar la memoria de las víctimas, pero este año guardará silencio oficialmente.

En una reciente entrevista, el líder progresista dijo que no iba a “remover” el asunto porque quiere “intentar que el país avance”.

Aseguró además estar más preocupado con la trama que buscó anular su victoria electoral en 2022 y mantener en el poder a Bolsonaro, en la que figuran como investigados el líder ultraderechista y algunos militares de alto rango, que en el golpe del 64.

“Insatisfacción” con Lula

“Yo, como hija de presos políticos, puedo expresar mi insatisfacción con la posición de Lula”, afirmó a EFE Rosa Cantal, directora de Tortura Nunca Mais en São Paulo y miembro del movimiento ‘Hijos y Nietos por la Memoria, Verdad y Justicia’.

Lula sí reconoció que la dictadura es “una parte de la historia de Brasil de la que no se tienen todas las informaciones” porque “todavía hay gente desaparecida”.

Si bien el órgano que se encargaba de ello desde 1995, la Comisión Especial de Muertos y Desaparecidos Políticos, fue extinto por Bolsonaro, un nostálgico de los regímenes dictatoriales de aquella época, en vísperas de dejar la Presidencia.

Las víctimas piden ahora a Lula que reinstale la comisión para continuar así el proceso de reconocimiento de víctimas e identificación de restos mortales.

“Es algo que nos gustaría que hiciera”, demandó a EFE Rose Nogueira, de 78 años y quien fue presa en 1969, torturada y acosada sexualmente durante nueve meses entre rejas.

De abuelos españoles, esta veterana periodista, discípula de Vladimir Herzog, torturado y asesinado por la dictadura, fue detenida y separada de su hijo de “33 días”, que se quedó con su suegra, pues su esposo también fue enviado a prisión por motivos políticos.

“Me llevaron a mi hijo dos veces a prisión para amenazarme. Me decían que le iban a quemar la pierna con un cigarro”, relata esta antigua integrante de Acción Libertadora Nacional (ALN), una organización de izquierdas que combatió el régimen.

Torturada, acosada y… esterilizada

Nogueira compartió prisión con medio centenar de mujeres, entre ellas la expresidenta Dilma Rousseff (2011-2016). Allí la dejaron estéril por culpa de una inyección que le pusieron para interrumpir su periodo de lactancia y que derivó en una infección puerperal.

“Nunca más conseguí tener hijos”, lamentó.

En la cárcel Tiradentes, en São Paulo, también conoció a Cida Costa, la madre de Cantal, quien estuvo en el grupo táctico armado de ALN antes de ser detenida durante tres años y medio.

Su padre, miembro del Partido Comunista, también pasó un año en una solitaria ciudad de Río de Janeiro, donde fue torturado hasta el punto de sufrir un infarto durante una de las sesiones, y otros tres meses en São Paulo.

Cantal comenta que a finales del año pasado fueron a Brasilia con la intención de encontrarse con Lula para reivindicar la reinstalación de la Comisión de Muertos y Desaparecidos.

“Pero ahí no conseguimos conversar con él y el asunto se viene retrasando”, explicó.

La activista atribuye la demora a que la relación del Gobierno con las Fuerzas Armadas “es muy compleja”, pues éstas “aún se creen un poder moderador”.

“Los militares no quieren la instalación de la comisión”, complementa Nogueira.

Pese a ello, garantizan que continuarán “presionando” para llevar la cuestión de la memoria democrática a la calle, pero subrayan que el 60 aniversario del golpe es una efeméride “redonda” que merecía ser recordada por parte de la administración central.

Mientras tanto, elevarán su voz para hacer realidad la desmilitarización de la Policía, la creación de mecanismos contra la tortura, la reedición de los libros didácticos con la visión de las víctimas y el fin de la violencia que sufren los jóvenes negros y pobres de la periferia.

Carlos Meneses

Rosemeire Nogueira, encarcelada por la dictadura militar el 4 de noviembre de 1969, sostiene un libro con fotos de mujeres encarceladas durante la dictadura junto a su hija Rosa Cantal, el 26 de marzo de 2024, en São Paulo (Brasil). EFE/Isaac Fontana
Rosemeire Nogueira, encarcelada por la dictadura militar el 4 de noviembre de 1969, habla durante una entrevista con EFE, el 26 de marzo de 2024, en São Paulo (Brasil). EFE/Isaac Fontana
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