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El expresidente del Gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero ha vinculado este sábado la intensificación del flujo migratorio de venezolanos hacia otros países de Latinoamérica —y, en menor medida, de Europa— a las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos al país sudamericano. “Como siempre ocurre con las sanciones económicas que producen un bloqueo financiero, quien, en definitiva, en última instancia, lo paga no es el Gobierno, sino los ciudadanos, es el pueblo. Esto debería dar lugar a una cierta reflexión” y “consideración”, ha dicho Zapatero, en entrevista con la agencia Efe, tras participar en un foro en la ciudad brasileña de Sao Paulo. El expresidente español lleva meses actuando como mediador para tratar de desencallar la crisis política venezolana.

El Gobierno de Nicolás Maduro ha negado la existencia de una crisis migratoria en la región. Y uno de los pesos pesados del chavismo, Diosdado Cabello, ha llegado a declarar que los venezolanos que han emigrado en los últimos años lo han hecho por “moda” y porque “parecía que daba estatus”.

En la entrevista con Efe, Zapatero ha subrayado que los fenómenos migratorios no son de ahora y recordó que países como México y Argentina “acogieron a infinidad de españoles” tras la Guerra Civil (1936-1939), así como Venezuela, que albergó, según “las cifras que se barajan, a tres millones de colombianos”. “Incluso Venezuela sigue siendo uno de los más países que más personas de otros países tiene”, ha agregado el ex presidente del Gobierno de España.

Zapatero celebra, asimismo, “la actitud solidaria” hacia el pueblo venezolano de los 11 países de la región que se reunieron en Quito a principios de este mes para intentar “coordinar acciones y que, por supuesto, los principios de los derechos humanos, de la asistencia social, se cumplan”. A su juicio, en esas conversaciones también habría que incluir a la propia Venezuela porque “difícilmente se podrá ordenar, si es que ese es el objetivo: ordenar racionalmente y ayudar a toda esa población que sale, incluso alguna que vuelve”, si no hay “diálogo” con el país de origen de la inmigración.

Zapatero viajará en los próximos días desde Brasil a Venezuela para “ver cómo está la situación” y “favorecer escenarios de posibles diálogos en un futuro inmediato”, algo a lo que se ha dedicado durante “los últimos tres años”. Desde su punto de vista, eso exige “como siempre, escuchar y que las posiciones no se radicalicen”. “No habrá una salida que no sea una salida pacífica, donde las palabras política, diálogo, contención, respeto al otro sean las que se conjuguen, frente al insulto, la denuncia, el aislamiento, la sanción o la represión” asevera.

Su papel como mediador en la crisis de Venezuela ha sido cuestionado por algunos importantes dirigentes de la oposición venezolana, como el expresidente del Parlamento de ese país Julio Borges, quien le tildó de “enemigo” del país. Zapatero, a ese respecto, replica que ha hecho y hace “una tarea en favor de la paz” y afirmó que “las expresiones de este señor, pues sinceramente será porque no puede decir lo que de verdad piensa que le gustaría que pasara en Venezuela”.

Sobre las últimas medidas económicas impulsadas por Maduro, el expresidente del Gobierno español ha manifestado su deseo de que “den resultados” ya que, en su opinión, “van en la línea de lo que se necesita” para estabilizar la moneda y controlar “el déficit y la inflación”. “Pero deseo también que den resultado las medidas en Argentina, que es otro Gobierno distinto y que a veces ha sido crítico, muy crítico con mi tarea. Pues deseo [también] que den buen resultado”, apostilla. Todos deberían, dice Zapatero, “saludar que la situación económica de Venezuela se revirtiera y fuera mucho mejor”.

 

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