Madrid y el Santiago Bernabéu acogen el partido de vuelta de la final de la Copa Libertadores que, por dos veces, tuvo que ser suspendido debido al ataque sufrido por el autobús de Boca Juniors a su llegada al campo de River Plate. La Conmebol, organizadora del torneo, decidió que el encuentro se dispute fuera de Argentina y días después se supo que el lugar elegido era el estadio del Real Madrid. Pese a los temores de las autoridades españolas a incidentes entre las aficiones, la jornada ha transcurrido tranquila y con ambiente festivo.