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TORONTO (Reuters) – La preparación de Serena Williams de cara al Abierto de Estados Unidos tuvo un duro revés el domingo, ya que tuvo que retirarse de la final de la Rogers Cup por una lesión de espalda cuando perdía 3-1 ante la canadiense Bianca Andreescu.

Williams parecía estar bien, pero de pronto se sentó en su silla llorando antes de decidir que no podía continuar tras solamente 19 minutos de juego.

“Lo siento, no pude hacerlo, lo intenté pero no pude”, dijo Williams al público entre sollozos. “Ha sido un año difícil, pero lo seguiré intentando”.

Williams dijo que los dolores de espalda comenzaron el sábado, en su victoria de semifinales sobre la checa Marie Bouzkova y que no pudo dormir durante la noche.

La estadounidense de 37 años, que no ha podido jugar demasiado este año por problemas de rodilla, había dicho que se sentía bien antes del torneo. Pero la ganadora de seis títulos en Flushing Meadows sufrió otro contratiempo físico, justamente cuando quedan dos semanas para el inicio del último Grand Slam del 2019.

Cuando Williams dijo que se retiraba, Andreescu fue a consolarla y estuvo hablando con su contrincante.

“Lo lamento mucho por Serena”, dijo la jugadora de 19 años, la primera canadiense en consagrarse en este torneo en cinco décadas. “A veces uno no puede exigir de más a su cuerpo (…) Espero que se recupere rápido”.

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