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Marina Estévez Torreblanca

Madrid, 26 oct (EFE).- Más de una década después, la popular zarzuela “Luisa Fernanda”, de Federico Moreno Torroba, ha vuelto este miércoles al Teatro Real con canciones tan populares como la “Mazurca de las sombrillas: A San Antonio” o “Ay, mi morena”, que han sido respondidas con los aplausos y bravos del público asistente.

Un momento de la puesta en escena de la zarzuela "Luisa Fernanda", de Federico Moreno Torroba, hoy miércoles en el Teatro Real de Madrid. EFE / Teatro Real / Javier del Real. ***SOLO USO EDITORIAL / SOLO USO DISPONIBLE PARA ILUSTRAR LA NOTICIA QUE ACOMPAÑA/ (CRÉDITO OBLIGATORIO)***.

Protagonizada por la mezzosoprano letona Elina Garanca, que ha actuado por primera vez en el Real en esta obra llena de casticismo y melodías alegres, ha tomado protagonismo sobre el escenario la también debutante la Orquesta de Sinfónica de Gran Canaria, bajo la dirección del británico Karel Mark Chichon.

En esta versión concierto, que solo se ha representado esta noche, han sido muy aplaudidas las actuaciones de la granadina María Luisa Moreno en el papel de la casquivana y voluble Duquesa Carolina, y del barítono gallego Luis Cansino como el hacendado extremeño Vidal, así como del tenor santanderino Alejandro del Cerro en el papel del coronel Javier Moreno, en sus sucesivos dúos.

Esta comedia lírica en tres actos es una de las zarzuelas más populares de todos los tiempos y se llegó a representar en más de diez mil ocasiones durante la vida de su compositor, Moreno Torroba.

Estrenada en el Teatro Calderón de Madrid en 1932, apenas un año después de la proclamación de la Segunda República, “Luisa Fernanda” se convirtió en la “zarzuela grande” de su década, así como en una de las pocas en prodigarse de forma regular en los coliseos operísticos, gracias a un toque cosmopolita que la aproxima tanto a la opereta vienesa como al drama verista.

Ambientada en Madrid durante los años previos y posteriores a la Revolución Gloriosa que destronó a Isabel II, su libreto proyecta los lances de un rectángulo amoroso sobre un fondo histórico delineado a partir de las escaramuzas entre monárquicos y liberales.

La partitura de Moreno Torroba se beneficia de un sobrio casticismo y un barniz romántico heredado de la Doña Francisquita de Amadeo Vives. En ella sobresale un puñado de romanzas a cargo de los protagonistas masculinos y un memorable ramillete de duetos protagonizados por la titular de la obra, que trazan una línea que se desliza suavemente desde la comedia costumbrista hasta una melancólico y despojado final con ribetes de tragedia burguesa. EFE

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