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“Recibí esta tarde en el aeropuerto internacional José Martí, a la senadora y expresidenta de la República de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, quien viaja a Cuba en visita privada”, escribió Rodríguez Parrilla en su cuenta de Twitter.

El noticiero estelar de la televisión cubana también informó sobre la llegada de la expresidenta, pero no ofreció detalles adicionales a los expresados por el canciller del gobierno que encabeza Miguel Díaz-Canel, el sucesor de Raúl Castro. La visita también se reflejó en el diario Granma, el órgano oficial del Partido Comunista Cubano.

De la visita de Cristina Kirchner y del estado de salud de su hija Florencia no se saben detalles en Cuba. El asunto es tratado con suma confidencialidad, como ocurrió en su momento con el tratamiento de salud que se le brimdó al fallecido presidente de Venezuela, Hugo Chávez Frías, y al mandatario boliviano, Evo Morales.

Cuba cuenta con reputadas clínicas especializadas para el tratamiento de pacientes extranjeros y de alto nivel, así como instalaciones militares y de la seguridad del Estado en las cuales suelen ser alojados pacientes de este tipo con la máxima discreción.

Desde la Cancillería argentina evitaron dar información sobre el viaje de la expresidenta a la isla. “Es un tema privado”, dijo una vocera ante la consulta de LA NACION. Desde Buenos Aires, se blindó, además, la posibilidad de cualquier detalle que pueda surgir desde la embajada argentina en La Habana, cuyo titular, Javier Figueroa, fue nombrado por el kirchnerismo a fines de 2015 aunque ratificado tiempo después por Mauricio Macri.

Figueroa fue el número dos de Daniel Filmus cuando el actual diputado nacional y exministro de Educación ocupó la Subsecretaría de Asuntos Relativos a las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur.

Cristina Kirchner sostuvo en un video que publicó en las redes sociales, que su hija padece “severos problemas de salud”. Sobre imágenes de la vida de Florencia y con música de fondo, la expresidenta atribuyó la situación a una “persecución judicial” contra su hija, quien está procesada en las causas Hotesur y Los Sauces, que ya fueron elevadas a juicio oral y en las que se investigan maniobras de lavado de dinero con negocios hoteleros.

La situación procesal de Florencia es la mayor preocupación de Cristina Kirchner. Es que, al no ocupar un cargo político, su hija no posee fueros y, ante una eventual condena u orden de prisión preventiva, podría quedar detenida. A pesar de no tener prohibición para salir del país, la expresidenta informó al juez federal Claudio Bonadio que se iría a Cuba, con escala previa en Panamá. También informó a otros tribunales en los que tiene causas en proceso. La estada de la expreisdenta en la isla sería de una semana, aunque dependerá del estado de salud de su hija.

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