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Palencia (España), 9 ene (EFE).- Decenas de peticiones llegan cada semana al Archivo Diocesano del Obispado de Palencia (norte de España), desde diferentes puntos de Argentina y Cuba, para solicitar la documentación necesaria que acredite la ascendencia española de los solicitantes y poder iniciar los trámites necesarios para conseguir la nacionalidad.

“En los días de Navidad que hemos estado cerrados se nos han acumulado más de cincuenta”, afirma su director, Dionisio Antolín, quien subraya que son muchos los descendientes de emigrantes, principalmente argentinos y cubanos, que buscan sus raíces en los registros eclesiásticos para pedir la nacionalidad española.

Desde que fue aprobada la Ley de la Memoria Democrática, que permite que los bisnietos de los españoles de origen puedan solicitar la nacionalidad sin necesidad de esperar a que el progenitor, nieto o nieta de español, la obtenga previamente, los registros eclesiásticos reciben una avalancha de peticiones.

A través de estas búsquedas no solo se consigue un papel para solicitar la nacionalidad, sino que en muchos casos están sirviendo para volver a estrechar lazos, porque “los hijos y nietos de emigrantes están encontrando a familiares, primos que en muchos casos desconocían tener”, añade Antolín.

Solicitar la nacionalidad española o trazar el árbol genealógico de una familia y hundir las raíces hasta el año 1540 es posible gracias a los registros de la Iglesia Católica, que durante siglos ha contabilizado cada nacimiento, matrimonio o defunción en cada pueblo de España.

En Palencia, hasta 27.000 libros sacramentales con millones de datos se acaban de poner a salvo en unas nuevas instalaciones.

Mudanza segura

El director del Archivo Histórico Diocesano de Palencia, Dionisio Antolín (d), muestra los libros parroquiales que están el depósito de la nueva sede del Archivo. EFE/ Almudena Álvarez

Y es que el Archivo Diocesano de Palencia se acaba de mudar. Hasta ahora estaba ubicado en el palacio episcopal, pero el riesgo que suponían unas instalaciones obsoletas para la integridad de los documentos que allí se guardaban animó a la Diócesis a trabajar en su traslado a otro lugar que asegurara su conservación y consulta.

Este martes, el obispo-administrador apostólico de Palencia, Manuel Herrero, y el director del archivo, Dionisio Antolín, inauguraron la nueva sede situada en las instalaciones del Seminario Mayor.

En esta mudanza viajó la historia de los hombres y mujeres que vivieron en la provincia de Palencia desde 1540, cuando algunas parroquias avezadas empezaron a hacer los primeros registros, ya que estos no fueron obligatorios hasta el año 1563 con el Concilio de Trento.

Engloban una ingente cantidad de documentos y datos que permiten trazar la línea entre el pasado y presente leyendo partidas de nacimiento y de bautismo, actas de defunción, matrimonios y confirmaciones y todos los sacramentos que recibieron sus feligreses.

Estos libros permiten no solo tener un testimonio de los habitantes de la provincia, “saber con quién se casaron, los hijos que tuvieron, quiénes fueron los padrinos”, explica Antolín, sino también trazar el árbol genealógico de cualquier familia desde 1540.

Una base de datos con 1.700.000 registros

Ahora, todo el archivo se está digitalizando e indexando, una ingente labor a la que dedican horas y horas 92 voluntarios. Su labor callada ha permitido, por ejemplo, que el propio Antolín haya podido bucear con su apellido y llegar hasta 1570 en la historia de su familia en su pueblo natal, Villanueva del Río.

Y permitirá que cualquier persona interesada haga lo mismo buceando en una base de datos que crece cada día. De momento se han digitalizado unos 5.000 libros y se han incorporado 1.700.000 registros.

“Cada registro recoge el nombre y los apellidos de una persona, los nombres de sus padres, su fecha de nacimiento, bautizo, sus padrinos, abuelos maternos y paternos….”. Y cada día se están incorporando entre 1.700 y 2.000 registros, añade

Además, en breve se podrá acceder a esta base de datos a través de una página web sin necesidad de buscar en los computadores situados en la sala principal del nuevo archivo. EFE

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