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Nueva York, 30 ABRIL.- Un creciente movimiento de estudiantes en universidades de todo Estados Unidos continúa desafiando a las autoridades con protestas en apoyo a Palestina y en contra de la guerra en Gaza. Las manifestaciones, que han ganado impulso en las últimas semanas, se centran en el rechazo a la política estadounidense hacia Israel y exigen que las universidades rompan sus vínculos con el gobierno y el sector privado israelí.

Las tensiones han alcanzado un punto álgido en la Universidad de Texas (UT) en Austin y en la Universidad de Columbia en Nueva York, donde los estudiantes se han negado a desmantelar los campamentos de protesta establecidos en los campus. Decenas de policías antidisturbios intervinieron en la UT, utilizando la fuerza para dispersar a los manifestantes y arrestar a más de 50 estudiantes.

Videos que circulan en las redes sociales muestran a los agentes arrastrando a los estudiantes y desmantelando las carpas y mesas que habían instalado. Esta es la segunda vez que la policía interviene en la UT, después de un incidente similar la semana pasada en el que se arrestaron a más de 57 personas, incluido un fotoperiodista de la cadena Fox.

La Universidad de Columbia ha tomado medidas drásticas al suspender a los estudiantes involucrados en el campamento de protesta, que lleva dos semanas en el campus. La universidad argumenta que el campamento viola sus políticas y había dado a los estudiantes un plazo para desmantelarlo, bajo amenaza de suspensión.

Los estudiantes suspendidos perderán el acceso a la vivienda, la atención médica y otros servicios universitarios, e incluso podrían perder sus visas si son extranjeros. La universidad planea llevar a cabo audiencias para determinar las sanciones para los participantes en el campamento.

Las protestas se han extendido a otras universidades, incluyendo la Universidad del Sur de Florida (USF) en Tampa, donde tres estudiantes fueron arrestados por intentar levantar una tienda de campaña en solidaridad con el movimiento. La manifestación en la USF reunió a cerca de un centenar de personas, incluyendo activistas de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU).

La Casa Blanca ha expresado su apoyo al derecho a la protesta pacífica, pero también ha condenado la retórica violenta, las amenazas de odio y el antisemitismo. “No hay sitio para el antisemitismo en los campus ni en ningún otro lugar de EE. UU.”, declaró la portavoz del gobierno, Karine Jean-Pierre.

El gobierno ha dejado claro que considera que las universidades son responsables de tomar sus propias decisiones con respecto a las protestas, negándose a comentar sobre las medidas tomadas por las instituciones para desalojar a los manifestantes.

Este movimiento estudiantil ha puesto de manifiesto la creciente preocupación por la situación en Palestina y ha generado un debate nacional sobre la libertad de expresión, el derecho a la protesta y el papel de las universidades en la sociedad.

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