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Porto Alegre (Brasil), 18 ene (EFE).- El temporal de lluvias y fuertes rachas de viento que sacuden desde la noche del martes a la ciudad brasileña de Porto Alegre, en el sur del país, dejan un muerto y a 600.000 personas sin electricidad, informaron este miércoles las autoridades.

Detalle de un automóvil afectado por la caída de un árbol, derribado por las intensas lluvias y fuertes vientos, en la ciudad de Porto Alegre (Río Grande do Sul, Brasil). EFE/Daniel Marenco

La tormenta derrumbó árboles, inundó calles y provocó la muerte de un hombre por la caída de la marquesina de un supermercado en la región metropolitana de Porto Alegre, que cuenta con algo más de cuatro millones de habitantes.

Vista general de los daños causados por las intensas lluvias y fuertes vientos en la ciudad de Porto Alegre (Río Grande do Sul, Brasil). EFE/Daniel Marenco

En los barrios centrales de la capital del estado de Rio Grande do Sul vecinos esperaban frente a sus viviendas la llegada de los equipos de respuesta, que no daban abasto.

“Es lamentable que la Defensa Civil estuviera aquí y no pudiera hacer nada porque tenían apenas unos machetes”, afirmó a EFE Carlos Cavaliero, de 58 años, mientras señalaba las ramas de un gran árbol que han caído sobre su casa.

La empresa encargada del suministro eléctrico en la zona, CEEE Grupo Equatorial Energia, informó que los vientos de hasta 90 kilómetros por hora y la gran cantidad de rayos dañaron las redes y forzaron la interrupción del servicio a parte de sus clientes.

El grupo avisó a los ciudadanos que no se acerquen a los cables caídos y aseguró que está tratando de restablecer el suministro eléctrico “lo antes posible”, pero no dio una estimación de cuándo esto puede suceder.

Además, el alcalde de la ciudad, Sebastião Melo, dijo esta mañana que cinco de las seis plantas de tratamiento de agua que tiene Porto Alegre están sin electricidad desde la noche del martes, afectando a 1,2 millones de personas.

Melo llamó a los habitantes de la ciudad a quedarse en casa, si tienen posibilidad de hacerlo, para dejar que los equipos de respuesta trabajen con “agilidad”.

El fenómeno climático de El Niño por el que atraviesa Brasil desde hace unos meses provoca un aumento de las precipitaciones en el sur del país y sequía en el norte.

En septiembre pasado, un ciclón extratropical azotó Rio Grande do Sul y dejó casi medio centenar de muertos y miles de evacuados.

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