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Madrid, 18 dic (EFE).- El 20 de agosto de 2023 pasará a la historia como la fecha en la que el fútbol femenino español consiguió su primer título mundial, pero también como el de desencadenante del movimiento #SeAcabó contra la discriminación y el abuso sobre las mujeres y el final de Luis Rubiales como presidente de la Federación Española (RFEF).

Nunca la celebración de un título generó un tsunami como el que provocó el beso en los labios que Rubiales dio a la jugadora Jenni Hermoso en el podio, durante la entrega de medallas del Mundial de Australia, después de su comportamiento en el palco en la final, donde en plena euforia se echó mano a los genitales para celebrar la victoria de España.

Tampoco Luis Rubiales pudo imaginar que el mayor éxito deportivo de su presidencia sería el prólogo al final de su mandato. Un periodo de 5 años y 4 meses, inundado de polémicas como el acuerdo con Arabia Saudí para que la Supercopa se juegue en este país, cerrado con la mediación de la empresa del exjugador Gerard Piqué, ahora investigado judicialmente.

De la gloria a la sanción deportiva y la investigación judicial.

Las horas posteriores a la victoria de España sobre Inglaterra (1-0) en Sídney fueron frenéticas, con mezcla de felicitaciones al equipo y peticiones de dimisión de Rubiales desde muchos ámbitos, pero especialmente desde el político y el deportivo, mientras él trataba de restar importancia al beso.

Así lo hizo en sus primeras declaraciones a la Cadena Cope, entre risas, donde tachó a sus críticos de “tontos” y “gilipollas”.

Aunque la RFEF difundió unas declaraciones que atribuyó a Jenni Hermoso minimizando los hechos, la ola que le arrastraba no dejó de crecer. En mitad del viaje de regreso desde Australia Rubiales se vio obligado a hacer una disculpa pública, considerada insuficiente hasta por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que mostró gran frialdad al saludarle en la recepción a las campeonas a su llegada a España.

Después de que algún medio afirmara que Jenni Hermoso había sido presionada para decir que el beso fue consentido, la jugadora, tres días después de los hechos, pidió medidas contra Rubiales a través del sindicato FUTPRO.

En ese tiempo el comité de Integridad de la RFEF abrió y cerró sin ninguna medida un procedimiento a su presidente. Este convocó a la asamblea de la RFEF para el 25 de agosto y aun día antes de celebrarla la FIFA anunció la apertura de un expediente a Rubiales por lo ocurrido en Sídney.

“Nos abrazamos…Yo le dije, ¿un piquito? y ella me dijo vale”.

En las horas previas a la Asamblea Rubiales destituyó a todos sus vicepresidentes. Solo mantuvo en ese cargo a Pedro Rocha, que luego le relevó y ahora ocupa la presidencia interinamente, mientras dejaba entrever que iba a dimitir.

Pero ante los asambleístas no lo hizo. Lo negó hasta media docena de veces. Y dio sus explicaciones sobre el beso y sobre sus gestos en el palco, dirigidos, según dijo, al seleccionador, Jorge Vilda, a quien ofreció la renovación y pasar de ganar 160.000 euros a 500.000.

“Ella fue la que me subió en brazos. Nos abrazamos… Yo le dije, ¿un piquito? y ella me dijo vale”. “Perdí el control cuando te giraste nada más acabar el partido y te dije ‘ole tus huevos'”, dijo entre aplausos de muchos asambleístas, tras denunciar ser víctima de “un asesinato social”

Sus palabras solo agravaron más el caso. Las jugadoras de la selección renunciaron a seguir en esta, el Consejo Superior de Deportes (CSD) pidió al Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) expedientar a Rubiales, la FIFA le suspendió temporalmente 90 días, la Fiscalía presentó una denuncia en su contra por abuso sexual y coacciones e internacionalmente tuvo un una dimensión que llevó a la ONU a condenar su comportamiento.

En la vía judicial, la Audiencia Nacional admitió la denuncia de la Fiscalía por agresión sexual y coacciones e investiga a Luis Rubiales, a Jorge Vilda, a Albert Luque, director de la selección y a Rubén Ribera, director de marketing de la RFEF.

Más de una docena de personas han prestado declaración como testigos, entre ellas un hermano y un amigo de Jenni Hermoso y cuatro internacionales, Alexia Putellas, Irene Paredes, Misa y Laia Codinadeclarar como testigos. El próximo 2 de enero, en la que posiblemente será la última testifical, el juez escuchará a Jenni Hermoso.

Para la FIFA Rubiales “desprestigió el fútbol” con su actitud.

En la vía deportiva tanto el TAD como la FIFA, que calificó la actitud de Rubiales como “incompatible con los valores” que el organismo defiende”, han suspendido a Rubiales durante tres años y la RFEF pasa por una etapa de transición, con Pedro Rocha al frente, hasta que celebre elecciones probablemente la próxima primavera.

En su mandato interino, Rocha ha prescindido de los servicios de Jorge Vilda, de Andreu Camps, secretario general de Rubiales, del director de Integridad, Miguel García Caba, y del responsable de comunicación, Pablo García Cuervo.

Sus despidos fueron provocados en gran parte por las reclamaciones de las internacionales campeonas del mundo, que en su primera convocatoria tras el Mundial llamadas por Montse Tomé, mano derecha de Vilda y nueva seleccionadora, se negaron a volver si no había cambios.

Su plante obligó al CSD a intervenir para mediar entre ellas y la RFEF y para apagar otro incendio que podía amenazar la pretensión de España, junto a Portugal y Marruecos, de organizar el Mundial masculino de 2030 al protagonizar un nuevo conflicto, aparentemente sofocado ahora, tras haberse erigido en un gran símbolo de igualdad.

Olga Martín

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