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Montevideo, 22 mar (EFE).- Ni bombardeos ni robots que toman las calles, el Uruguay de un futuro distópico tiene una sola pesadilla: que se prohíba el mate; apocalipsis con el que una película tan cómica como absurda apuesta a tocar la “fibra” más sensible en un país “adicto” a la típica bebida.

Fotografía cedida por la Producción de Mateína donde aparecen los actores Diego Licio (i) como 'Moncho', Federico Silveira (c) como 'Fico' y Leandro Silva como 'Maicol', durante una escena de la película "Mateína", dirigida por Pablo Abdala y Joaquín Peñagaricano. EFE/Producción Mateína

“Un Uruguay sin mate, dos casi héroes, una gran hazaña” es la leyenda que presenta a “Mateína”, filme donde, lejos de sufrir guerras o una invasión de canguros como la que imaginó un posteo viral de Twitter en 2019, el país suramericano se enfrenta a una dura prohibición del consumo y venta de yerba mate.

Fotografía cedida por la Producción de Mateína de una escena de la película "Mateína", dirigida por Pablo Abdala y Joaquín Peñagaricano. EFE/Producción Mateína

PROHIBIDO TOMAR MATE

Como expresa en una entrevista con la Agencia Efe uno de sus directores, Pablo Abdala, la cinta toca, de la mano de imaginar un futuro sin la infusión de agua caliente y yerba vertida en un recipiente de calabaza que los uruguayos toman todo el tiempo, una “fibra” muy particular.

“Nos gustó mucho jugar con esa idea de qué haría la gente (sin poder tomar mate). ‘Mateína’ está ambientada fuera de Montevideo, es toda en el interior, entonces nos parecía rica la situación de que los veteranos de pueblo iban a pegar (consumir) yerba como si fuese una palanca de porro (marihuana)”, señala.

Mientras una “cruzada libertadora” liderada por dos pueblerinos “de poca monta” devenidos en traficantes de mateína se vuelve la única esperanza en recuperar la pieza identitaria que el mate supone para el país donde, como consigna la BBC, se consumen 8 kilos de yerba anuales por persona, la historia tiene, para Abdala, un trasfondo más profundo.

Es que, según el cineasta, que trabajó por más de una década en el proyecto del filme ideado por su codirector Joaquín Peñagaricano hace unos 16 años, la película pone en tela de juicio “lo ridículas que son las prohibiciones”.

“Muchas veces te dicen ‘te prohíbo esto por tu bien, porque soy el Estado y mi obligación es protegerte’, pero en realidad todos sabemos que las prohibiciones también están motivadas por motivos que no exactamente son la salud de las personas, tienen otros motivos ocultos”, estima.

UN DISFRUTE EMOTIVO

Tras un proceso de montaje que resultó más largo y complejo de lo esperado porque fue difícil descartar “hasta escenas enteras”, la “road movie” que tiene a la dupla de “Moncho” y “Fico” como protagonistas llegó este marzo a las salas uruguayas para un encuentro con el público que Abdala califica de “milagro”.

Para el director esto es así porque, en tiempos en que el cine es visto más y más a solas desde alguna plataforma, la experiencia de las salas es tan extraña como valiosa.

En esa línea, y tras asistir a varias funciones en diversos puntos de Uruguay, el realizador expresa que ya la gente “se está adueñando de la película” y relata que, por ejemplo, un espectador lagrimeó al sentir que la historia le recordaba a una situación vivida en tiempos de la última dictadura uruguaya (1973-1985).

“Estamos hablando de una comedia absurda pero que claramente tiene un montón de paralelismos que buscamos, que podían funcionar o no y, por suerte, por lo menos para un grupo de personas están funcionando”, acota.

Además, dice que el impacto fue mayor con algunas personas del departamento (provincia) de Florida (centro), donde se filmó buena parte del filme, ya que allí quienes participaron como extras se vieron en la gran pantalla en la que, para algunos, fue la primera vez mirando una película.

“Que una persona de un pueblo chiquito como es La Cruz vaya al cine, vea la película, le guste, se sienta identificada y te lo diga re emocionada es como ‘ya está'”, resalta sobre el caso de Irma, una septuagenaria que nunca había ido al cine y se vio en “Mateína”.

DE URUGUAY AL MUNDO

Por otro lado, Abdala dice que una preocupación de ambos directores era si el filme, que es una coproducción con Argentina y Brasil y cuenta con la actuación de Diego Licio, Federico Silveira, Chiara Hourcade y César Troncoso, entre otros, lograría llegar a espectadores extranjeros.

Si bien dice que hay quienes no saben qué es el mate, el cineasta subraya que cualquier persona “hace una asociación casi instantánea con elementos de su cultura” y, sea por imaginarlo con el té, la cerveza, la sangría o la caipiriña, se acerca a la trama del filme.

Es que, dice Abdala, el propio Moncho resume para cualquiera a unos minutos de empezado el filme lo que es el mate para Uruguay: “Las cosas más lindas de la vida uno las hace pa’ tomar unos mates después, es así. Te digo más, uno en realidad coge (folla) pa’ tomar unos matecitos después”, dice el pintoresco “casi héroe”.

Alejandro Prieto

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