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Bogotá, 10 de mayo de 2024 – En un giro significativo en los procedimientos judiciales de Colombia, el Tribunal Superior de Bogotá otorgó la libertad al exjefe paramilitar Salvatore Mancuso, levantando las 57 órdenes de captura en su contra. El magistrado José Manuel Bernal Parra, de la sala de Justicia y Paz del Tribunal, anunció la decisión, que cambia las detenciones preventivas de Mancuso por medidas no privativas de libertad.

Salvatore Mancuso, conocido por ser uno de los líderes más temidos de las desmovilizadas Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), había sido deportado desde Estados Unidos a Colombia el pasado 27 de febrero para enfrentar procesos judiciales, después de cumplir una condena de 15 años en EE.UU. por delitos relacionados con narcotráfico.

A pesar de la controversia que rodea su figura, el magistrado Bernal enfatizó la competencia de su despacho para tomar tal decisión y afirmó que Mancuso debe presentarse ante los tribunales cada vez que sea requerido. Esta medida ha sido interpretada por algunos como un intento de facilitar la cooperación de Mancuso con la Justicia, particularmente en lo relacionado con crímenes cometidos durante el conflicto armado en Colombia.

En abril, la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) había rechazado otorgarle a Mancuso la “libertad transitoria, condicionada y anticipada”, argumentando la falta de elementos objetivos necesarios para tal decisión. No obstante, la JEP ha convocado a Mancuso para que contribuya información vital sobre masacres y la formación de las cooperativas de seguridad Convivir, las cuales jugaron un papel crucial en el surgimiento de los grupos paramilitares.

Más allá de los tribunales, Mancuso tiene un papel destacado en el ámbito político, siendo nombrado “gestor de paz” por el presidente Gustavo Petro. Este título busca integrar a Mancuso en los esfuerzos continuos para resolver pendientes del proceso de paz, especialmente con los grupos paramilitares, una tarea que requiere que no esté privado de libertad.

La decisión ha generado un amplio espectro de reacciones, desde la esperanza de que su cooperación pueda esclarecer numerosos casos de violaciones de derechos humanos hasta el escepticismo y la preocupación por la posibilidad de impunidad para crímenes graves. Mancuso sigue siendo una figura central en el complejo panorama de la reconciliación y la justicia en Colombia.

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