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Lisboa, 7 mar (EFE).- Tener todos los papeles que el funcionario quiera pedirte, hacer cola durante horas y armarse de paciencia: es la forma de enfrentarse a la burocracia ‘a la portuguesa’, un laberinto administrativo para el que los partidos prometen una salida en cada convocatoria electoral.

Tener todos los papeles que el funcionario quiera pedirte, hacer cola durante horas y armarse de paciencia: es la forma de enfrentarse a la burocracia 'a la portuguesa', un laberinto administrativo para el que los partidos prometen una salida en cada convocatoria electoral. En la 'Loja de Cidadão' ('Tienda de Ciudadano', un espacio que engloba varios servicios públicos), de Saldanha, en Lisboa, en la imagen, hay gente esperando desde las 06.00 de la mañana para resolver algún trámite. A las 09.00, cuando abre oficialmente, ya hay varios cientos de personas en una cola que da la vuelta a la manzana.- EFE/ Paula Fernández

A pesar de que la digitalización y la simplificación de los procedimientos en algunos sectores han aliviado parte del problema en los últimos años, la desburocratización sigue siendo una de las medidas que se repiten en los programas electorales, para apelar a un ciudadano que a veces acaba desesperado con la administración.

Tener todos los papeles que el funcionario quiera pedirte, hacer cola durante horas y armarse de paciencia: es la forma de enfrentarse a la burocracia 'a la portuguesa', un laberinto administrativo para el que los partidos prometen una salida en cada convocatoria electoral. En la 'Loja de Cidadão' ('Tienda de Ciudadano', un espacio que engloba varios servicios públicos), de Saldanha, en Lisboa, en la imagen, hay gente esperando desde las 06.00 de la mañana para resolver algún trámite. A las 09.00, cuando abre oficialmente, ya hay varios cientos de personas en una cola que da la vuelta a la manzana.- EFE/ Paula Fernández

En la ‘Loja de Cidadão’ (‘Tienda de Ciudadano’, un espacio que engloba varios servicios públicos) de Saldanha, en Lisboa, hay gente esperando desde las 06.00 de la mañana para resolver algún trámite.

A las 09.00, cuando abre oficialmente, ya hay varios cientos de personas en una cola que da la vuelta a la manzana.

Otávio Moutinho, un portugués de 68 años que quiere renovar su certificado de taxista, acude por segundo día consecutivo, porque el primero no consiguió que lo atendiesen. “Es terrible, los servicios públicos funcionan muy mal”, se quejó a EFE.

Unos metros más allá espera Marcelo, un brasileño que lleva ocho años en Lisboa y está tramitando su carnet de conducir. Ya ha conseguido gestionarlo y pagarlo, pero tiene que recogerlo en mano.

“Llevo tres meses con esto. Llegas aquí y a veces no tienen más números para citas, tienes que volver otro día, la gente viene de madrugada, a veces el sistema no funciona”, lamentó a EFE. “Hay mucha burocracia para cosas simples que se podrían hacer de forma tan fácil”, consideró.

Para los inmigrantes que llegan al país, el laberinto burocrático es todavía peor y en muchos casos necesitan ir de una oficina a otra para obtener los documentos básicos y conseguir “entrar” en el sistema.

También se quejan las empresas, que “hoy tienen una fuerte carga burocrática”, señaló a EFE el vicepresidente de la Confederación de Comercio y Servicios de Portugal, Vasco de Mello.

En la última década, Portugal ha intentado simplificar la vida a sus ciudadanos.

“Poco a poco se han creado mecanismos para que la interacción con la administración pública sea más fácil y más rápida”, aseguró la profesora Matilde Lavouras, de la Universidad de Coimbra, que no considera que Portugal esté peor que otros países en cuanto al exceso de procedimientos y avisó de que hay áreas en las que, por la simple protección del ciudadano, no se puede “desburocratizar”.

Lavouras, doctorada en Ciencias Jurídico-Económicas, destacó a EFE la apuesta por las tecnologías, que ha permitido que ahora, por ejemplo, se pueda entregar la declaración de la renta de forma online y sin complicaciones.

También se han simplificado procedimientos en algunos sectores con el programa SIMPLEX, lanzado en 2006 y que el Gobierno socialista de António Costa ha aplicado a sectores como el medioambiente, el urbanismo o la justicia.

Su sucesor en el Partido Socialista y candidato a primer ministro este 10 de marzo, Pedro Nuno Santos, lleva en su programa electoral lanzar Simplex para la agricultura y la ciencia, entre otros.

El otro gran aspirante en las urnas, Luís Montenegro, de la conservadora Alianza Democrática, también apuesta por aliviar la carga en sectores como la economía, la educación y la agricultura, y defendió recientemente que la burocracia “es un campo preferente para que haya corrupción”.

Pero en la cola de la ‘Loja de Cidadão’ no confían en que el próximo Gobierno mejore la situación. “Va a ser difícil. Prometen mucho pero después, en la práctica, dan muy poco”, dijo el taxista Moutinho.

Más recursos humanos que tengan formación específica en cada área es una de las soluciones a la lentitud burocrática en la que coinciden tanto ciudadanos como expertos.

Marcelo afirmó que, cuando llegó de Brasil en 2015, los trámites eran más rápidos. “Aumentó la cantidad de inmigrantes, pero no los funcionarios para atender esa demanda (…) Ahora necesitas meses para conseguir algo simple”, zanjó.

Paula Fernández

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