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Nairobi, 15 feb (EFE).- “La gente ha muerto” en Etiopía debido a la sequía que sacude la región norteña de Tigré y otras zonas desde el año pasado, pese a que el Gobierno niega ese extremo, según denunció en una entrevista con EFE el superior de las Misiones Salesianas en Etiopía y la vecina Eritrea, Hailemariam Medhin.

“El Gobierno no está dispuesto a hacer frente a su propia realidad (…). El hambre está ahí, no sólo en Tigré, sino en toda Etiopía, y la gente ha muerto”, aseguró Hailemariam a EFE por teléfono desde esa región, donde la ONG cristiana opera en las ciudades de Mekele, Adigrat, Adwa y Shire.

El responsable de la congregación religiosa hizo esas declaraciones después de que la semana pasada el primer ministro etíope, Abiy Ahmed, asegurara ante el Parlamento que “no hay gente muriendo de hambre en Etiopía”.

En las regiones norteñas de Tigré, Afar y Amhara, castigadas por una sequía persistente provocada por el fenómeno meteorológico El Niño, ya se superaron los umbrales de crisis reconocidos por la ONU pese a que la situación actual no refleja condiciones de hambruna.

En esas zonas y otras del país, Hailemariam, sacerdote etíope que lidera la Sociedad de Francisco de Sales en Etiopía y Eritrea desde 2019, ofrece ayuda humanitaria, alimentos o material escolar, entre otros, a familias afectadas.

“Ahí es donde tengo miedo”

Vista del reparto de ayuda humanitaria en una comunidad de Misiones Salesianas en Adwa en el año 2021. "La gente ha muerto" en Etiopía debido a la sequía que sacude la región norteña de Tigré y otras zonas desde el año pasado, pese a que el Gobierno niega ese extremo, según denunció en una entrevista con EFE el superior de las Misiones Salesianas en Etiopía y la vecina Eritrea, Hailemariam Medhin. EFE/ Misiones Salesianas***SOLO USO EDITORIAL/SOLO DISPONIBLE PARA ILUSTRAR LA NOTICIA QUE ACOMPAÑA (CRÉDITO OBLIGATORIO)***

El sacerdote se mostró preocupado por la pasividad y la falta de coordinación entre el Gobierno federal y el regional de Tigré, una región que sufrió una guerra devastadora entre 2020 y 2022.

El primero niega que la sequía provoque muertes por hambre en el país, mientras el segundo reportó que más de 860 personas murieron de hambre en Tigré en los últimos cuatro meses de 2023 y que la zona está “al borde de una catástrofe humanitaria”.

“No veo que el Gobierno esté tomando ninguna medida para mejorar la situación económica del país y poder hacer frente a todas estas emergencias. Si estuvieran trabajando en ello, no llegaríamos a esta situación en el siglo XXI”, aseguró.

“Así que me preocupa que esta situación pueda continuar. Ahí es donde tengo miedo”, lamentó el salesiano.

El fantasma de la hambruna

Hailemariam teme que, si no se toman medidas, la situación pueda desembocar en una crisis similar a la de 1983-1985, cuando más de un millón de personas murieron en Etiopía por la hambruna.

“Creo que hay más información hoy que en 1984. Comparativamente, hay una situación más tranquila, así que si hay una respuesta no creo que lleguemos a eso. Pero si no hay respuesta y no llueve, sí”, advirtió.

No sólo es importante que el Gobierno federal y regional tomen cartas en el asunto, sino también que faciliten la ayuda de la comunidad internacional.

“Tiene que haber un empujón desde el lado etíope para que digan al mundo: ‘vale, necesitamos ayuda'”, indicó, en referencia a que a menudo cooperantes internacionales viajan a la región pero no pueden acceder a muchas áreas por inseguridad.

El mayor reto, la falta de fondos

El mayor reto que percibe Hailemariam para atajar esta delicada situación humanitaria es la falta de fondos.

“Los recursos financieros son lo principal a lo que nos enfrentamos (…) y también la situación económica del propio país”, afirmó, al añadir que “la accesibilidad de los fondos es el primer reto, aunque una vez conseguidos, sigue siendo un desafío porque los precios son muy altos”.

“Cuando no tienes ingresos pero los precios se duplican o triplican en poco tiempo, es muy difícil. A eso nos enfrentamos también cuando tenemos que comprar y dar ayuda”, subrayó.

La situación crítica de inseguridad alimentaria en Etiopía debido a la sequía provocada por El Niño continuará aumentando en los próximos meses hasta alcanzar los 10,8 millones de afectados, advirtió recientemente la ONU.

Sin embargo, el sacerdote no pierde la esperanza porque “las cosas avanzan”, según reconoció en relación al acuerdo de paz firmado en noviembre de 2022 por el Gobierno y los rebeldes de Tigré.

Carlos Expósito

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