Publicidad

Ciudad Juárez (México), 24 de abril – Cientos de migrantes recurren nuevamente a los trenes de carga para llegar a Ciudad Juárez, en la frontera de México con Estados Unidos, buscando evadir los crecientes operativos del Instituto Nacional de Migración (INM) y los peligros del desierto. Sin embargo, al llegar a la ciudad fronteriza, se enfrentan a un ambiente “más hostil” debido al “hostigamiento” del INM y la Guardia Nacional de México, además de las nuevas barreras para cruzar a Estados Unidos.

Pablo, un migrante venezolano, relató su experiencia al llegar a Ciudad Juárez con un grupo de 200 personas. Tras bajar del tren, se encontraron con la presencia de la Guardia Nacional y el INM custodiando el río Bravo, y con la barrera de alambre de navajas instalada por el gobernador de Texas, Greg Abbott, además de una malla ciclónica vigilada por la Guardia Nacional texana y la policía estatal.

El migrante venezolano explicó que durante su viaje en tren, el INM intentó bajarlos en varias ocasiones, incluyendo un operativo a 52 kilómetros al sur de Juárez, donde el Ejército mantiene un punto de revisión antidrogas. “Allá la migra nos quiso bajar, pero nosotros nos resistimos y no nos quisimos bajar del tren. Ellos nos decían que nos bajáramos porque nos querían dar apoyo, pero el apoyo es que nos iban a regresar pa’ Tapachula (en la frontera sur de México)”, relató Pablo.

Los migrantes buscan evitar los peligros de la carretera de Chihuahua a Ciudad Juárez, donde recientemente se encontraron nueve cuerpos asesinados, un hecho que las autoridades relacionan con el tráfico de personas.

El INM ha intensificado sus operativos migratorios, rescatando y disuadiendo a más de 27.000 migrantes de viajar en trenes de carga en los últimos meses. El Gobierno de México ha reforzado los controles tras el aumento del 77% en la migración irregular en 2023.

A pesar de las dificultades y el ambiente hostil, los migrantes siguen llegando a Ciudad Juárez con la esperanza de cruzar a Estados Unidos. Alondra, otra migrante venezolana, expresó su alivio por haber llegado con vida junto a sus hijos, pero denunció el maltrato recibido por parte del INM. Mientras que Alejandra Hernández, también de Venezuela, manifestó su desconocimiento sobre las nuevas barreras en la frontera y la incertidumbre sobre su futuro.

La situación en Ciudad Juárez refleja la crisis migratoria que afecta a la región, con miles de personas buscando un futuro mejor y enfrentándose a numerosos obstáculos y peligros en su camino.

Publicidad