Publicidad

ESTOCOLMO, 13 nov (Reuters) – Suecia se mantiene firme en su estrategia de apelar a las medidas voluntarias y no a los confinamientos, dijo el viernes el creador de su poco ortodoxa respuesta al COVID-19, mientras el país lucha contra la segunda ola de una enfermedad que ahora ha matado a más de 6.000 suecos.

La nación nórdica de 10 millones de habitantes, cuyo relajado enfoque para combatir el virus ha atraído la atención de todo el mundo, además de generar duras críticas internas, ha visto un aumento en el número de casos, hospitalizaciones y muertes en las últimas semanas.

Los 5.990 nuevos casos notificados el viernes fue la cifra más alta desde el inicio de la pandemia. También se registraron otras 42 muertes, la mayor cantidad en cerca de tres meses.

Sin embargo, la estrategia no cambiará.

“No, seguiremos por este camino”, dijo el viernes a Reuters el epidemiólogo jefe Anders Tegnell en una entrevista telefónica. “Así es como trabajamos en Suecia. Lo entendemos muy bien y cumplimos mucho las reglas”.

A diferencia de muchos otros países, Suecia ha mantenido abiertas las escuelas, los restaurantes y otros negocios durante la pandemia. En cambio, se ha centrado en medidas voluntarias destinadas a promover el distanciamiento social y la buena higiene.

El enfoque ha generado críticas y elogios. Las frecuentes conferencias de prensa de Tegnell han generado grandes audiencias televisivas. Varias personas, incluso, se han tatuado su cara en el cuerpo y en las calles de Estocolmo se pueden ver camisetas que dicen “En Tegnell confiamos”.

Sin embargo, no todos están de acuerdo, y Tegnell ha recibido amenazas de muerte de personas que lo acusan de seguir una política imprudente.

Si bien la tasa de mortalidad per cápita de Suecia es más baja que en países como España y Gran Bretaña, es más de 10 veces mayor que en la vecina Noruega.

En una carta abierta publicada en el diario Aftonbladet el viernes, 27 científicos y médicos suecos advirtieron que el país pronto podría acercarse al panorama visto en cuidados intensivos en la última primavera boreal y pidieron a los líderes políticos que introduzcan restricciones más duras.

Suecia ha registrado 485 casos por cada 100.000 personas en el último período de dos semanas, aproximadamente lo mismo que en Gran Bretaña pero algo más de la mitad que en Francia.

Tegnell restó importancia a las críticas y dijo que los recientes confinamientos impuestos en Europa, que en su mayor parte han sido menos estrictos que los de la primavera, muestran que ahora hay menos diferencia en los enfoques para combatir el virus.

“La mayoría de los países ahora están tratando de hacerlo un poco más como lo hemos hecho en Suecia. Casi nadie está cerrando escuelas ahora, por ejemplo”, dijo.

Suecia es uno de los pocos países de Europa que no recomienda ni exige mascarillas fuera de hospitales y centros de atención. Tegnell dijo que aún no ha visto ningún buen estudio a favor de las mascarillas, a pesar de que ha sido recomendado por el Centro Europeo para el Control de Enfermedades y muchos otros organismos de salud.

“Es fascinante los pocos estudios que hay sobre esto”, dijo. “Y si nos fijamos en los países con reglas estrictas para el uso de mascarillas, es difícil ver que les haya ido bien”.

Publicidad