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Baler (Filipinas), 30 jun (EFE).- En el 125 aniversario del emblemático sitio de Baler y de la independencia filipina, autoridades de Filipinas y España homenajearon este viernes a “los últimos de Filipinas”, los soldados españoles que resistieron durante casi un año el asedio de las tropas rebeldes en una iglesia de esta pequeña localidad al noreste del archipiélago.

El Embajador de España en Filipinas, Miguel Utray, durante el acto en homenaje a los sitiados de Baler, en el que las autoridades de Filipinas y de España homenajearon a "los últimos de Filipinas". EFE/Federico Segarra

Los actos conmemorativos incluyeron el homenaje a las banderas española y filipina y una salva militar frente a la Iglesia de San Luis Obispo de Tolosa, donde resistieron los sitiados hasta casi medio año después del fin de la guerra porque no creían a los que les contaban que la contienda había acabado.

“Es un celebración muy única en el mundo, si tenemos en cuenta que el país colonizador y el colonizado conmemoran los últimos días de la ocupación”, indicó a EFE el senador filipino Sonny Angara, una de las autoridades presentes en el acto.

“Esto no pasa en muchos sitios, y qué mejor homenaje que la vuelta de estos soldados a España a salvo tras la revolución”, precisó Angara, quien agregó que “este día es para celebrar la vida y la amistad, los soldados fueron incluso recibidos con honores en Manila”.

El padre de Agara, el también senador Edgardo Angara, fue el promotor del día de la amistad hispanofilipina, que hoy celebra su vigésimoprimera edición.

La ceremonia contó también con la presencia de la ministra de Presupuestos, Amenah Pangandaman; el Embajador de España en Filipinas, Miguel Utray, y el director general para América del Norte, Europa y Asia Pacífico de España, Javier Salido.

La ministra de Presupuestos filipina expresó su agradecimiento a las autoridades españolas y se refirió al “número creciente de empresas españolas presentes en el país”, que ayudan “al desarrollo económico de nuestra nación”.

Asimismo, el embajador de España en Manila, Miguel Utray, declaró que este día “es el mejor exponente de los lazos históricos, culturales y emocionales” que unen a España y Filipinas.

El 1 de julio de 1898, alrededor de medio centenar de soldados españoles se atrincheraron en la iglesia de Baler, junto con unos monjes franciscanos, para resistir el sitio de los rebeldes filipinos que luchaban por su independencia con ayuda de Estados Unidos.

Durante 337 días, la guarnición desconfió de los reiterados mensajes que les llegaban del exterior, en el que los emisarios -incluido un teniente coronel español- les rogaban deponer las armas ante la derrota ya consumada de las fuerzas españolas el 10 de diciembre de 1898.

Dos de los soldados murieron por disparos, mientras que otros 14 fallecieron por enfermedades y otros dos fueron ejecutados por ayudar a un desertor.

Finalmente, el 2 de junio de 1899, los 33 supervivientes del sitio creyeron que España había claudicado y depusieron las armas.

Fueron recibidos el 30 de junio por el primer presidente filipino, Emilio Aguinaldo, quien alabó la resistencia heroica de los “últimos de Filipinas”.´

Ese mismo día, Aguinaldo promulgó el conocido como decreto de Tarlac, en el que ordenó tratar a los rendidos “como amigos” por haber protagonizado una “epopeya tan gloriosa y tan propia del legendario valor de los hijos del Cid y de Pelayo”, según reza el texto del edicto.

Los soldados supervivientes regresaron a España, donde también fueron tratados con honores.

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