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Barcelona, 30 jun (EFE).- Elisa y Camilla, madres lesbianas italianas residentes en Barcelona, denunciaron a EFE que la Fiscalía de Padua (Italia) las llevará a juicio para eliminar del acta de nacimiento de su hija en común el apellido de la madre no biológica, después de que la ultraderechista primera ministra italiana, Giorgia Meloni, haya dado orden de anular la doble maternidad LGTBI.

Camilla, cuyo apellido sería borrado del nombre oficial de la pequeña Paola (nombre ficticio por protección de la menor), que “ya se reconoce en su nombre completo”, cuenta que está viviendo “la peor pesadilla que se puede vivir como madre”.

Son una de las 33 familias de madres homosexuales a las que la Fiscalía de su ciudad de origen llevará a juicio para evitar que sus hijos tengan los apellidos de dos madres.

Elisa explica que en Italia, donde no se reconoce el matrimonio entre personas del mismo sexo, existía un vacío legal respecto de las maternidades homosexuales, si bien los ayuntamientos, los entes con competencia sobre las inscripciones, habían optado por aceptar en el caso de las dos madres lesbianas poner ambos apellidos a sus descendientes.

La llegada al poder de Meloni ha supuesto un punto de inflexión para el retroceso de los derechos LGTBI en Italia, pues su ejecutivo se ha pronunciado en contra de que un niño pueda tener dos madres o dos padres, cuentan las afectadas.

Elisa se pregunta “por qué esa obsesión de la ultraderecha con el colectivo, con las feministas, y con una determinada idea de familia”.

Camilla explica que hace dos años decidieron cambiar Italia por España precisamente “para vivir en un lugar más abierto” y criar a su hija, que ahora tiene tres años, en un ambiente donde no se sintiera “diferente”.

“En Padua ya fuera en el médico, en el colegio o en un restaurante, siempre había preguntas ante nuestra realidad de familia de dos madres”, añade.

“Aquí en Barcelona en el colegio hay otros niños de su clase con dos madres y dos padres”, señala sobre su nueva vida.

Sin embargo, ni siquiera el hecho de vivir en otro país les exime de sufrir las nuevas políticas de extrema derecha, que temen, tras el precedente de Padua, que empiecen a afectar al resto de niños del país que son hijos de madres lesbianas.

Elisa precisa que, desde que hace unos días les llegó la noticia, no paran de pensar en las consecuencias que tendrá no solo para ellas, sino especialmente para la niña.

“Si yo soy su única madre, significa que si algo me pasa a mí, la niña pasa a ser huérfana”, apunta.

“Y si a mí me pasa algo, ella no tendría derecho a mi herencia”, añade Camilla, que al ser la madre no biológica tampoco podría viajar ni hacer ningún trámite para su propia hija.

“Me quieren quitar de un día a otro de la vida de mi pequeña. Pretenden que yo pase a no ser nada para ella”, relata angustiada Camilla, que recuerda que esta nueva orden afecta a todos los niños nacidos de lesbianas a partir de 2017, por lo que algunos ya tienen casi 7 años y son muy conscientes.

Entre las posibilidades que tienen, más allá de agotar las instancias judiciales italianas, está la de que Camilla adopte a la pequeña.

Otra posibilidad es que la niña adquiera con los años la nacionalidad española -para lo que debería renunciar a la italiana- y pueda registrarse con los apellidos de ambas madres, aunque pasaría mucho tiempo, particularmente su minoría de edad, periodo en el que resulta más trascendente para su vida que sus madres puedan tomar decisiones.

Elisa y Camilla se muestran agradecidas por el cariño recibido de las asociaciones LGTBI tanto en su ciudad de acogida como en Italia, donde ya han creado un chat de Whatsapp de familias afectadas para luchar juntas y que no les quiten la condición de madres de sus propios hijos.

Lara Malvesí

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