San José, 2 ago (EFE).- En el marco del Día de la Virgen de los Ángeles, patrona de Costa Rica, la Iglesia católica condenó este miércoles la inseguridad, la violencia, el narcotráfico y la desigualdad, ante lo que pidió a las autoridades actuar frente a esos males.
“Los signos que miramos no son nada agradable a los ojos de Dios”, manifestó monseñor Juan Miguel Castro, obispo de la Diócesis de San Isidro del General (sur), durante la homilía de este 2 de agosto en la Basílica de los Ángeles, provincia de Cartago.
El obispo señaló “la violencia en las familias”, los asesinatos a sueldo y el sufrimiento que padecen “las madres, esposas e hijos”.
“Niños agredidos por sus propios padres, ancianos abandonados por sus propios hijos, familias viviendo en condiciones infrahumanas y otras en la opulencia gracias al narcotráfico y el blanqueo de capitales en perjuicio de la dignidad humana y el respeto a las leyes de la República”, denunció Castro.
El obispo pidió a las autoridades del país actuar con honestidad y justicia, legislar en favor de los ciudadanos, una educación de calidad y la promoción del desarrollo y la dignidad humana.
“Exhortamos a las autoridades civiles propiciar políticas estatales a favor de la seguridad social de los costarricenses, para vivir en armonía los unos con los otros”, expresó.
El obispo también criticó las “ideologías nefastas que promueven el libertinaje en perjuicio de la familia”, así como “la ausencia de Dios en la vida familiar y social del país”.
“Nuestra realidad nacional e incluso internacional carece de la escucha fiel de la voluntad de Dios. El mundo se debate entre guerra y paz, la injusticia y la justicia, la verdad y la mentira el odio y el amor el placer desordenado y el amor verdadero, lo banal y lo fundamental”, apuntó.
LA TRADICIONAL ROMERÍA
Como todos los años miles de personas realizaron durante los últimos días la tradicional romería a la Basílica de los Ángeles para agradecer o pedir favores a la virgen de los Ángeles o “la negrita” como la llaman con cariño los fieles.
La tradición religiosa indica que el 2 de agosto de 1635 una imagen de 18 centímetros de una madre morena con un niño en brazos y esculpida en jade se apareció a la niña indígena Juana Pereira en una roca.
La niña llevó la imagen a su casa en varias ocasiones, pero esta volvía a aparecer sobre la misma piedra, lo que fue considerado como una señal divina por los sacerdotes de la época, quienes decidieron construir en el sitio una iglesia que en la actualidad es la Basílica de los Ángeles.
Cada 1 de agosto los fieles comienzan a llegar en grandes cantidades a la Basílica, situada en la ciudad de Cartago, unos 25 kilómetros al este de San José, mientras el 2 de agosto, día de la Virgen de los Ángeles, se llevan a cabo celebraciones religiosas.
Sin embargo, buena parte de los fieles también peregrina los fines de semana anteriores para evitar los tumultos o comienzan semanas atrás debido a que recorren largas distancias.
La gran mayoría comienza su caminata en San José con rumbo a la ciudad de Cartago, en un recorrido de unos 25 kilómetros.
Al llegar a la iglesia los creyentes ingresan hincados y orando par agradecer milagros o pedir por ellos.
Los festejos de este 2 de agosto incluyen una misa a la que acudieron, como es costumbre, altos funcionarios de los poderes del Estado, entre ellos el presidente del país, Rodrigo Chaves.
