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Las complicaciones en las negociaciones para la desnuclearización de Corea del Norte se hicieron aún más evidentes este miércoles en Washington. El viernes pasado, Donald Trump anunció que se suspendía el viaje del secretario de Estado, Mike Pompeo, a Pyongyang debido a los escasos avances en el proceso y cinco días después ha vuelto a incidir en las dificultades, señalando directamente a China. El presidente de EE UU acusa al régimen de Xi Jinping de torpedear la transición como mecanismo de presión en la guerra comercial que Washington y Pekín están librando.

 

Aun así, siguiendo el libro de estilo trumpiano, el republicano destacó la buena relación que tiene con ambos dirigentes e incluso sostuvo que las cosas iban “bien”, para luego, acto seguido, mostrar todo lo contrario. Además, advirtió de que el Pentágono podría retomar los ejercicios militares en la Península junto con Japón y Corea del Sur, que se habían suspendido como gesto de concesión para facilitar el proceso. Si los reactiva, advirtió en Twitter, “será mayores que nunca”.

En la Casa Blanca, el republicano ya había expresado por la tarde su malestar con el proceso negociador. “Parte del problema de Corea del Norte está causado por nuestras disputas comerciales con China”, dijo a la prensa.  “Tenemos que arreglar nuestra relación comercial porque (…) estamos en una especie de, no me gusta llamarle guerra comercial, pero China hace que las cosas sean mucho más difíciles, desde el punto de vista de nuestra relación con Corea del Norte”, añadió.

Trump y Kim Jong-un celebraron una cumbre histórica el pasado 12 de junio en Singapur de la que salió una declaración conjunta con la promesa de una “completa desnuclearización de la península coreana”, pero muy pocos detalles. Desde entonces, las sanciones no se suspendieron (si bien Trump ha acusado a China de estar suavizándolas de facto con las citadas ayudas) pero los ejercicios militares que tanto irritan al régimen de Pyongyang sí. No hay una hoja de ruta ni un calendario claro de la desnuclearización, lo que puede convertir un posible gran éxito político de Trump en un fracaso.

 

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