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Málaga (España), 24 mar (EFE).- “Al Oriente”, el primer largometraje dirigido por el ecuatoriano José María Avilés, presenta a un personaje protagonista que emprende una búsqueda, con un salto cien años atrás, en torno al mito del tesoro de Atahualpa, que se remonta a la conquista española del imperio inca.

El ecuatoriano José María Avilés posa para una entrevista con EFE con motivo de su primer largometraje que ha dirigido "Al Oriente". EFE/Álvaro Cabrera

“El mito del tesoro de Atahualpa es de gran relevancia en Ecuador y Perú, y en Ecuador se puede decir que es nuestro mito de origen del país. Está muy presente en la sociedad, hay gente que va a buscarlo y personas que pierden la vida”, explicó en una entrevista con EFE Avilés, que presenta este jueves la película en la sección Zonazine del Festival de Málaga (sur de España).

El ecuatoriano José María Avilés posa para una entrevista con EFE con motivo de su primer largometraje que ha dirigido "Al Oriente". EFE/Álvaro Cabrera

Es un mito que “despierta mucha fascinación, porque detrás de la idea del tesoro hay una vasta historia, que se confunde con la mitología, alrededor de cómo se ocultó ese tesoro”.

Uno de los puntos de partida de esta película fue otra película de 1924, “El tesoro de Atahualpa”, considerada el primer largometraje de ficción del cine ecuatoriano, pero que “trágicamente desapareció poco después del estreno y no se conservan copias”.

“Una película perdida sobre un tesoro perdido me generaba una cantidad de ruido, de preguntas, que fueron el germen que me llevó hasta ‘Al Oriente'”, explicó.

Sitúa la acción inicial en marzo de 2021 porque sentía “la responsabilidad de dar cuenta del tiempo que estaba habitando la película, el de la pandemia, porque este presente parece un límite, en nuestra relación con la naturaleza y con nosotros, y la película debía dar cuenta de eso”.

“Gran parte del cine hecho en los años de la pandemia hace un esfuerzo enorme por borrar esa realidad, y me parece una actitud con la que uno se puede preguntar por qué no dar cuenta de esa realidad si el cine ha sido siempre el arte del presente y tiene que ver con dejar una huella”, advirtió.

Avilés admitió que “en ningún lugar del mundo es fácil hacer cine, pero en Ecuador es aún más complejo, con poca financiación para hacer películas”, y logró levantar esta película gracias en parte a un fondo del Festival de Venecia.

En su país, el instituto de cine tiene “recursos muy limitados y está orientado en general a construir un tipo de cine, con poco espacio para otro cine que trata de ocupar un terreno un poco más marginal a lo que se entiende como un cine de espectadores, o que se sale de los esquemas más tradicionales”.

Sin embargo, esa dificultad para rodar en Ecuador le proporciona “una agradable sensación de virginidad, porque como no se han hecho tantas películas hay un terreno muy fértil” y siente “que hay muchas posibilidades que están ahí para ser narradas”.

El director está “entusiasmado” por mostrar esta coproducción con participación ecuatoriana y argentina en el Festival de Málaga y se siente cómodo en la sección Zonazine, que el certamen reserva a las apuestas más arriesgadas.

“Me interesa el cine que abre caminos, que puede tejer diálogos entre distintas formas y tradiciones y que no necesariamente se acomoda en una fórmula de mercado, y me interesa el cine que se cuestiona las formas de ser, de narrar y de acercarse al público”, aseguró.

Y admitió que en “Al Oriente” hay también un tono de “wéstern”, incluso en el título, “cuya traducción podría ser ‘al este’, que es como un giro o cambio de dirección, y esta película también se plantea eso, ir hacia la frontera, hacia el límite, hacia lo desconocido, en busca de nuevos horizontes”.

“En Ecuador, El Dorado está en la Amazonia, un territorio que se mantiene hoy, entre comillas, inexplorado, un territorio de posibilidades y por ser poblado”, apuntó Avilés que entiende también el “wéstern” como “un género que cuenta la génesis de una nación, la conquista del desierto, y cómo esa conquista está basada en la violencia, en el uso de la fuerza y en la imposición de unos hombres sobre otros”.

Por José Luis Picón

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