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El Ejecutivo hongkonés accedió este miércoles a una de las reivindicaciones clave de los manifestantes, con el anuncio de la retirada definitiva del proyecto de ley sobre las extradiciones hacia China, una concesión que en cambio no bastaría para aplacar el descontento.

Este polémico texto que pretendía autorizar las extradiciones hacia China continental, fue el detonante de la crisis política que sacude la excolonia británica desde hace tres meses, la más grave desde su retrocesión en 1997.

Después de haber suspendido el examen del proyecto de ley, rechazando enterrarlo totalmente, la jefa del Ejecutivo hongkonés, Carrie Lam, cedió finalmente este miércoles, en una inusual claudicación por parte de su gobierno leal a Pekín.

“El Gobierno retirará oficialmente el proyecto de ley para apaciguar por completo las preocupaciones de la población”, declaró Carrie Lam en un video difundido por sus servicios.

Esta retirada será ratificada en octubre por el Consejo Legislativo (LegCo), el Parlamento local.

“Demasiado tarde”

Varios transeúntes miran una pantalla de televisión en que Carrie Lam anuncia la retirada del polémico proyecto de ley sobre extradiciones a China, este miércoles 4 de septiembre en una calle de Hong Kong.
AFP / Anthony Wallace

Los medios hongkoneses habían hablado a primeras horas de la tarde de la inminencia del anuncio. Y estas informaciones supusieron alzas en la bolsa de Hong Kong, esperando que la retirada del texto acabe con la inestabilidad política que comenzó a hacer mella en la economía de la excolonia británica.

Pero no es seguro que esta concesión sea suficiente para calmar a los manifestantes, que a lo largo del verano ampliaron sus reivindicaciones, para denunciar una erosión de las libertades y la injerencia creciente de China en los asuntos de esta región semiautónoma.

“No es bastante (…) demasiado tarde”, declaró Joshua Wong, quien en 2014 fue la cara visible del “Movimiento de los Paraguas”, y que fue detenido brevemente la semana pasada durante una redada contra las grandes figuras de la movilización actual.

“También pedimos al mundo que esté atento a esta táctica y que no se deje engañar por Hong Kong y el Gobierno chino. En realidad no concedieron nada, y se prepara una represión a gran escala”, añadió.

“Nuestra determinación y nuestro valor para combatir por nuestra libertad van a continuar”, pues “los hongkoneses merecen el sufragio universal y elegir a sus propio gobierno”, finalizó.

Las protestas inéditas en la región, con acciones casi diarias, terminaron a veces en altercados, en los que activistas radicales lanzaron ladrillos y cócteles molotov y la policía que hizo uso de gases lacrimógenos y cañones de agua.

Llamado al diálogo

Una investigación independiente sobre esta violencia cometida por las fuerzas de seguridad es una de las principales reivindicaciones del movimiento.

Igualmente piden una amnistía para los miles de manifestantes detenidos o la instauración del sufragio universal directo.

Carrie Lam, durante una rueda de prensa el pasado 22 de julio en Hong Kong.
AFP/Archivos / Anthony Wallace

Los manifestantes quieren que el Ejecutivo retire igualmente el término de “disturbio” que utiliza para calificar las manifestaciones más violentas.

Carrie Lam, en un tono más conciliador que en sus declaraciones precedentes, exhortó a renunciar a la violencia y a participar en un “diálogo” con el gobierno.

“Reemplacemos los conflictos por las conversaciones y busquemos soluciones”, dijo, y añadió que quería movilizar a universitarios, consejeros y profesionales “para examinar de manera independiente los problemas profundamente arraigados en la sociedad y asesorar al gobierno sobre soluciones”.

Pero aunque ha cedido sobre el proyecto de ley, también reafirmó que no accedería a las otras cuatros peticiones.

En los diferentes foros de internet usados por el movimiento prodemocracia aparecían también comentarios señalando que esto no significaría el fin de las protestas.

“Cinco exigencias principales, ni una menos. Liberen HK [Hong Kong], revolución ahora”, decía en especial un mensaje ampliamente difundido en la aplicación de mensajería Telegram.

“Intentaron cerrar la puerta de la caballería, pero es demasiado tarde”, estimó el politólogo Dixon Sing, quien explicó que sólo una comisión de investigación independiente podría empezar a calmar “el fuerte sentimiento de enfado y de injusticia” entre la población y los manifestantes.

El sábado fue una de las jornadas más violentas desde el inicio de las protestas, con una barricada incendiada, y la policía persiguiendo y golpeando a los manifestantes.

Lam advirtió también que la violencia ponía a Hong Kong en una posición “vulnerable y peligrosa”, en una posible referencia a las amenazas de intervención de Pekín.

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