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En un principio podría parecer que no existen dos mujeres con menos en común que Natalie Portman y Britney Spears: la primera puede presumir de contar con una carrera constante en la que no hay cabida para los escándalos, mientras que la princesa del pop ha protagonizado un sinfín de altibajos tanto en su vida profesional como personal y solo ha conseguido recuperar parte de su popularidad en los últimos años gracias a su exitosa residencia de conciertos en Las Vegas.

Sin embargo, lo que no muchos saben es que las dos artistas comenzaron a trabajar en el mundo del espectáculo siendo aún muy jóvenes exactamente en el mismo empleo.

“Da la casualidad de que éramos suplentes en el mismo show cuando éramos pequeñas. Las dos éramos actrices infantiles y ella era una de las suplentes, pero entonces consiguió un papel en el programa ‘Mickey Mouse Club’ y, cuando se marchó, yo ocupé su lugar”, ha explicado Natalie a su paso por el programa ‘A Little Late With Lilly Singh’.

Pese a que no frecuentan los mismos círculos, la oscarizada intérprete tuvo la oportunidad de hablar con la princesa del pop de esa curiosa casualidad que las unía en una legendaria ocasión que además quedó inmortalizada para la posteridad en una foto en la que Natalie parece, en su opinión, “una perturbada” por culpa de la sonrisa de oreja a oreja que luce mientras abraza a Britney.

“Cuando teníamos 18 años y las dos habíamos seguido caminos diferentes -ella obviamente se había convertido en un icono del pop y yo seguía actuando- nos volvimos a encontrar y celebramos una fiesta juntas. Y ella fue maravillosa”, ha reconocido.

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