Caricaturista canadiense pierde su trabajo por imagen de Trump irrespetando a inmigrantes ahogados en el Río Bravo

Un caricaturista canadiense ha denunciado que fue despedido por un grupo de medios de comunicación para los que colaboraba después de que se hiciera viral una ilustración de su autoría que muestra al presidente Donald Trump irrespetando los cadáveres de dos inmigrantes.

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La imagen de Michael de Adder, ilustrador freelance que trabajaba con los principales periódicos de New Brunswick, al sureste de Canadá, hace alusión a una fotografía que ganó gran visibilidad en las redes sociales en las últimas semanas: los cuerpos de un padre y su hija, ahogados en el Río Bravo tras intentar cruzar la frontera hacia Estados Unidos.

Oscar Alberto Martínez y su hija de dos años, Valeria, salieron de El Salvador con intenciones de emigrar a EEUU, pero la corriente del río mexicano los tomó por sorpresa. La sombría imagen de sus cuerpos tumbados boca abajo a la orilla de río, tomada por la periodista Julia Le Duc, avivó aún más el debate sobre la inmigración bajo la administración de Trump.

En la caricatura, que De Adder divulgó en Twitter, el mandatario estadounidense aparece de pie junto a un carrito de golf, mirando los restos de los salvadoreños mientras espeta la frase “¿Te importa si juego ?”.

Luego de que miles de personas compartieran su imagen en Internet, De Adder denunció que varios de sus empleadores decidieron cancelar su contrato. “Los altibajos de las caricaturas. Hoy me dejaron ir de todos los periódicos de New Brunswick”, escribió en Twitter el pasado viernes.

El artista aseguró que los principales periódicos de la provincia canadiense, incluyendo el Telegraph Journal, The Daily Gleaner y The Times & Transcript, le comunicaron que ya no aceptarían su trabajo, pero no dieron ninguna razón al respecto.

Algunos criticaron al conglomerado empresarial dirigido por la familia Irving, propietaria de los periódicos e involucrada en las industrias de silvicultura, construcción naval y energía.

“El momento no fue una coincidencia”, dijo en una declaración Wes Tyrell, presidente de la Asociación de Dibujantes Canadienses. “Una vez, Michael me dijo que no solo la compañía J.D. Irving, dueña de los periódicos de New Brunswick, representaba un desafío para el trabajo, sino que había una serie de temas tabú que no podía tocar”.

Uno de estos temas tabú, añadió, era Donald Trump, pues desde que asumió el cargo, el comercio con EEUU ha sido un problema y esto impacta directamente a los Irvings.

¿Represalia?

Brunswick News Inc. (BNI), la compañía que controla los periódicos y es propiedad de la familia Irving, confirmó que despidió a De Adder, pero negó que lo hiciera a raíz la caricatura de Trump, calificando las acusaciones de una “falsa narrativa” que surgió de manera “negligente y temeraria” en los medios de comunicación.

“La decisión de recuperar al favorito de los lectores, Greg Perry, se tomó mucho antes de esta caricatura, y las negociaciones se llevaron a cabo durante semanas”, dijo la compañía en un comunicado.

“De hecho, el Sr. De Adder ni siquiera sugirió a BNI esta caricatura”.

El artista, por su parte, se tomó el despido como “un revés, no un golpe mortal”, pero lamentó tener que acostumbrarse a la idea “de que ya no tengo voz en mi provincia”.

En declaraciones al periódico The Independent, Terry Anderson, director ejecutivo adjunto de la Red Internacional por los Derechos de los Caricaturistas (CRNI) explicó que BNI está en su derecho de despedir empleados y colaboradores.

“Sin embargo, los caricaturistas están, sin lugar a dudas, desapareciendo de manera creciente e incesante de los medios de comunicación de todo el mundo” y en América del Norte el cambio se debe a la necesidad de los periódicos de reducir costos, así como a una “brecha satírica”.

Para Anderson, “se percibe erróneamente que los caricaturistas son uniformemente liberales”, y las caricaturas sobre Trump en particular se consideran “irrespetuosas e injustificadas”.

“En las últimas dos semanas dibujé tres caricaturas de Trump. Dos se volvieron virales y la tercera se convirtió en ‘supernova’ y un día después me despidieron. Y no me despidieron, sino que las caricaturas que ya tenían no fueron usadas. Fue como si nunca hubiera trabajado para el periódico. Saquen sus propias conclusiones”, escribió De Adder en un tuit reciente.

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