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Él se dirigía a votar sí y ayudar a despejar el camino a un hombre acusado de abuso sexual para que asuma uno de los cargos públicos más importantes del país, el de juez de la Corte Suprema de Estados Unidos, que además es vitalicio.

Pero Flake se topó con Ana María Archila, una mujer colombiana de 39 años y madre de dos hijos, y con Maria Gallagher, estadounidense de 23 años.

Archila llevaba una semana en Washington DC protestando contra la nominación de Brett Kavanaugh cuando vio al senador Flake en un pasillo del Capitolio.

El nombramiento de Brett Kavanaugh para la Corte Suprema de Estados Unidos generó gran polémica.

“Dígame, estoy parada aquí enfrente de usted. ¿Usted cree que él (Brett Kavanaugh) está diciendo la verdad? ¿Usted cree que él está diciéndole la verdad al país?”, le espetó Archila.

Archila es directora ejecutiva del Centro por la Democracia Popular. Emigró a Estados Unidos a los 17 años desde Colombia.

Le dijo a The New York Times que fue víctima de abuso a los 5 años. “Quise que él sintiera mi rabia”, declaró.

Su padre solo se enteró de que su hija había sufrido una agresión cuando vio el encuentro con el senador este viernes.

“Cuando el movimiento #MeToo estalló, pensé en decirlo, pero escribí cosas y luego las borré y finalmente decidí que no podía decir ‘yo también’. Pero cuando la doctora Blasey lo hizo, me forcé a mi misma a volver a pensar sobre ello”, aseguró ella.

Video oficial de Noticias Telemundo. La activista colombiana Ana María Archilla le dirigió duras palabras al senador Jeff Flake, de Arizona, lo que posiblemente haya logrado que cambie de posición.

Frustración y rabia

En una entrevista con la BBC, Archila contó que fue a visitar la oficina de Flake antes de que comenzara la sesión del comité, para intentar hablar con él y contarle su historia.

Pero mientras ella y la otra mujer esperaban en la puerta, vieron que Flake había emitido un comunicado en el que se decía listo para votar por la nominación.

Entonces él salió de su oficina y en un “brote de frustración, rabia, tristeza e iralo detuvimos, lo confrontamos y lo forzamos a escuchar nuestras historias y a escuchar nuestras preguntas”, contó Archila, entre ellas: “¿qué mensaje quiere enviar a sus hijos y a los míos votando a favor de alguien que es acusado de violencia sexual?”.

Solo duró unos minutos, pero el momento encapsuló la rabia de muchas mujeres por el problema de la violencia sexual.

Antes, Flake había dicho que planeaba apoyar a Kavanaugh, a pesar del testimonio ofrecido el jueves por la mujer que lo acusa de agredirla sexualmente cuando eran adolescentes, Christine Blasey Ford, profesora de psicología de California.

Protesta contra Kavanaugh en la ciudad de Los Angeles, el 28 de septiembre. AFP. Getty


Horas después, Flake cambió de opinión frente al Comité Judicial del Senado.

El senador condicionó entonces su voto afirmativo final en el pleno del Senado a que haya una investigación del FBI sobre las acusaciones hechas por Ford.

“Me siento aliviada de que @JeffFlake parece haberme escuchado a mi y a @AnaMariaArchil2 en el ascensor del Senado hoy”, tuiteó Maria Gallagher.

Para Archila, el cambio de postura de Flake fue el resultado de una acción colectiva, la consecuencia de “miles de personas que han contado sus historias”.

El mismo viernes, el presidente estadounidense Donald Trump anunció que ordenó al FBI investigar las acusaciones contra Kavanaugh, que provienen de dos mujeres más además de Blasey-Ford, aunque limitó la investigación a una semana de duración.

El juez Kavanaugh niega las acusaciones y acusó a los demócratas de politizar el proceso de su nombramiento, así como de dañar a su familia y su reputación.

 

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