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Nicolás Maduro apareció en público por primera vez después de una jornada de alta tensión en todo Venezuela y aseguró que lo que sucedió fue un “intento de golpe de estado”, pero que se “impuso la lealtad a la traición”.

En un acto por el Día del Trabajador, tras recordar los problemas que tuvo Hugo Chávez en 2002 y salió adelante, dijo: “Tampoco han podido, ni podrán con nosotros en ninguna circunstancia que nos toque vivir. No pueden entender la conciencia de los humildes. La voluntad absoluta de defender esta revolución y la Constitución bolivariana”.

“Tengo las pruebas en las manos del complot de la derecha golpista. Están huyendo a través de las embajadas, pero la justicia, tarde o temprano los llevará a la cárcel”, dijo Maduro ante la multitud y aseguró que la oposición y “el imperialismo” quieren llevarlos a una “guerra civil”.

En otro tramo de un extenso discurso, Maduro negó haber estado negociando su salida del poder. “Le hicieron creer al imperialismo norteamericano que yo me iba a rendir y que me iba a ir del país. Que estaba arriba de un avión que me iba a Cuba y que los rusos me bajaron”.

“Dejenmé decirle que fueron engañados y que ustedes han engañado al presidente de los Estados Unidos Donald Trump. Se creyeron sus propias noticias falsas”, dijo el chavista frente a la multitud a la que llamó a salir a las calles a defender al régimen.

Maduro repitió que los responsables del frustrado alzamiento cívico militar que buscó ayer desalojarlo del gobierno son buscados por la Justicia y “más temprano que tarde” irán a la cárcel.

El líder chavista prometió que “en los próximos días” mostrará “todas las pruebas de quién conspiró, quién traicionó, cómo traicionó”, y remató: “Que la Justicia haga su parte”.

Maduro sostuvo que la sublevación tuvo apoyo de Colombia y Estados Unidos, aseguró que 80% de los militares convocados fueron “engañados” y “amenazados”, y exhibió videos supuestamente registrados durante las acciones.

La represión del alzamiento dejó al menos un muerto, 109 heridos y 150 detenidos, según las ONG Observatorio Venezolano de Conflictividad Social (OVCS) y Foro Penal (FP).

Ayer mismo, Maduro relevó al jefe del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin), general Manuel Cristopher Figuera, quien, según fuentes militares citadas por la prensa local, quedó detenido.

Nuevos cruces y represión

Militares, policías y paramilitares reprimieron hoy con una dureza nunca vista en varios meses las manifestaciones antichavistas en toda Venezuela, el día después del frustrado alzamiento cívico militar contra el presidente Nicolás Maduro, a tal punto que generaron la condena de la ONU y el Grupo de Contacto encabezado por la Unión Europea (UE).

Mientras tanto, el presidente interino designado por el parlamento, Juan Guaidó, advirtió que los objetivos de desplazar a Maduro “no se desinflaron” tras el fallido levantamiento y volvió a llamar a un paro de trabajadores estatales “rumbo a la huelga general”.

Efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB, policía militar) y la Policía Nacional Bolivariana (PNB) lanzaron gases lacrimógenos y balas de goma en la mayoría de los puntos de concentración de los simpatizantes antichavistas con el objeto de evitar las marchas que habían programado, informó la prensa venezolana y extranjera.

Las marchas, no obstante, se produjeron, y en su transcurso hubo numerosos choques, en los que también se vio a encapuchados lanzarles piedras y bombas molotov a los uniformados.

Solo en los hospitales del municipio caraqueño Chacao se atendieron más de 30 heridos, según sus autoridades, mientras hasta esta tarde no habían emitido informes las ONG que computan regularmente víctimas y detenidos en manifestaciones callejeras.

La prensa relevó, incluso con videos y fotografías, disturbios en la base aérea militar La Carlota -donde manifestantes rompieron la reja perimetral con un vehículo- y al menos otras cuatro zonas de Caracas,

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