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MONTREAL, 3 JUNIO.- El incendio forestal que tiene en vilo a los vecinos de Sept-Îles, en la Costa Norte, se encuentra ahora a unos 16 kilómetros al noreste de la ciudad, pero las autoridades aseguran que no ha tenido avances preocupantes desde el viernes. No se anunciaron otras evacuaciones el sábado por la mañana.

Bautizado como Incendio 172, después de haber avanzado peligrosamente desde su punto de origen, a unos 40 kilómetros al noreste. La magnitud de las llamas es tan impresionante que, a pesar de las condiciones climáticas frescas durante la noche, se pueden divisar columnas de fuego que se elevan a más de 3.000 metros en el aire, superando los límites permitidos para los vuelos civiles en la zona.

Ante esta situación crítica, la Sociedad para la Protección de los Bosques contra Incendios (SOPFEU) ha movilizado sus recursos para hacer frente al incendio. Al menos dos aviones cisterna y dos helicópteros se encuentran en acción, bombardeando las llamas desde tempranas horas de la mañana, a pesar de lo inusual de la situación. Estos valientes pilotos, guiados por un comandante aéreo, están conscientes de la urgencia que implica la magnitud del fuego.

La preocupación se ha extendido por toda la comunidad de Sept-Îles, especialmente en el barrio de Sainte-Famille, ubicado al norte de la ciudad. Los residentes han recibido instrucciones claras de estar preparados para una posible evacuación y esto se refleja en la presencia de numerosos remolques estacionados frente a las casas, listos para ser utilizados en caso de ser necesario. Las autoridades han tomado la decisión preventiva de evacuar a aproximadamente 10.000 personas en Sept-Îles, una cifra significativa en una ciudad con una población total de alrededor de 25.000 habitantes.

El panorama es tenso y las autoridades están tomando todas las medidas necesarias para asegurar la seguridad de la población. Las fuerzas policiales de Quebec y Montreal están presentes en la zona, realizando una operación de reconocimiento y brindando apoyo a la comunidad en caso de ser requerido. Además, se espera que 200 soldados de las Fuerzas Armadas de Canadá lleguen al lugar durante el fin de semana para reforzar los esfuerzos de contención y proporcionar asistencia adicional.

Mientras tanto, los bomberos y equipos de la SOPFEU continúan trabajando incansablemente para combatir y contener el fuego. Durante la noche del viernes al sábado, las condiciones climáticas favorables, incluyendo temperaturas más bajas y vientos favorables, permitieron avances en la lucha contra las llamas. Un equipo de 20 bomberos está desplegado en el área y la SOPFEU está preparando el terreno para recibir más recursos si es necesario.

La preocupación también se extiende a otras comunidades afectadas. Un total de 1.500 personas de la comunidad innu de Uashat mak Mani-utenam han tenido que abandonar sus hogares debido al incendio. La CISSS de la Côte-Nord informa que hasta el momento se han evacuado a 47 personas a los principales centros, con 40 más en camino. Aquellos residentes de los Centros de Asistencia y Cuidado de Larga Duración (CHSLD) serán trasladados a Baie-Comeau en caso de una orden de evacuación.

A pesar de los esfuerzos en marcha y la movilización de recursos, la incertidumbre sigue siendo alta. Las autoridades locales y los residentes esperan ansiosamente que las condiciones climáticas sean favorables en los próximos días y que el trabajo conjunto de los equipos de emergencia logre contener y extinguir este devastador incendio que ha puesto en peligro a Sept-Îles y sus habitantes.

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