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Quebec (Canadá), 29 jul (EFE).- El papa Francisco se reunió este viernes en Quebec, en su última jornada de su viaje a Canadá, con los representantes de los indígenas a quienes aseguró que vino a pesar de sus “limitadas posibilidades físicas”, por su dolor en una rodilla que le impide caminar, para “dar pasos adelante en la reconciliación” con ellos tras el mal que les causó la Iglesia.

Personas asisten al encuentro del Papa Francisco con jóvenes y ancianos indígenas en la escuela primaria de Iqaluit, la capital de Nunavut (Canadá), este 29 de julio de 2022. EFE/EPA/Ciro Fusco

Antes de partir hacia Iqaluit, en el noreste de Canadá, en el Ártico, Francisco se despidió de los representantes de los pueblos originarios en la sede del arzobispado.

El Papa Francisco se reúne con jóvenes y ancianos indígenas en la escuela primaria de Iqaluit, la capital de Nunavut (Canadá), este 29 de julio de 2022. EFE/EPA/Ciro Fusco

A ellos reiteró: “el dolor que llevo en el corazón por el mal que no pocos católicos les causaron apoyando políticas opresivas e injustas”, en referencia a las escuelas, muchos de ellos gestionados por la Iglesia, donde fueron internados cerca de 150.000 niños indígenas que sufrieron toda clase de abusos.

“He venido como peregrino, con mis limitadas posibilidades físicas, para dar nuevos pasos adelante con ustedes y para ustedes; para que se prosiga en la búsqueda de la verdad, para que se progrese en la promoción de caminos de sanación y reconciliación”, dijo Francisco. “No he venido como turista”, añadió.

El papa describió que de este viaje se lleva “el tesoro incomparable hecho de personas y de pueblos que me han marcado; de rostros, sonrisas y palabras que permanecen en mi interior; de historias y lugares” que, dijo, no podrá olvidar.

“Me atrevo a decir, si me lo permiten, que ahora, en cierto sentido, yo también me siento parte de vuestra familia, y me siento honrado”, añadió.

Valoró de los indígenas que “ese sentido de familiaridad y de comunidad” ante un mundo tan individualista así como “el vínculo entre los jóvenes y los ancianos, y custodiar una relación sana y armoniosa con toda la creación”.

Y concluyó deseando que continúe “la gran obra de sanación y reconciliación tan agradable a Dios”.

El papa Francisco se ha movido durante todo este viaje en silla de ruedas para poder trasladarse a los lugares de los eventos y ha permanecido casi siempre sentado, incluso durante la celebración de las misas, donde siempre ha contado con una ayudante.

En algunas fotos se le ha podido ver caminar ayudado por un bastón o incluso con un deambulador cuando se trataba de pasillos estrechos.

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