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Entre el dolor y la indignación, los familiares y vecinos de la niña de siete años violentada y asesinada en México se despidieron este martes de la menor con una misa de cuerpo presente para recordarla y exigir que nadie más en el país vuelva a sufrir una pérdida así.

La conmoción de México se hizo visible cuando centenares de vecinos se agolparon frente a la humilde casa de la familia y ante un mar de velas donde cantaron y rezaron unidos mientras los sacerdotes que oficiaron el sermón hicieron llamados a Dios y al Gobierno para que se instaure la paz en el país.

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