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Madrid, 11 mar (EFE).- La taekwondista Kimia Alizadeh, primera mujer que ganó una medalla olímpica para Irán, disputará en París sus terceros Juegos y lo hará por segunda vez como deportista refugiada, tras huir en 2020 de su país.

Alizadeh , de 25 años, aspira ahora a convertirse en agosto en la primera medallista del Equipo Olímpico de Refugiados, que cumplirá su tercera participación y hasta ahora no ha subido al podio.

El último clasificatorio europeo de taekwondo para los Juegos de París, disputado este fin de semana en Sofía, repartió dos billetes por peso. En los 57 kg los dos cupos fueron, coincidentemente, para dos deportistas sin bandera nacional, aunque por distintas causas: la rusa Tatiana Minina, ‘deportista individual neutral’ en cumplimiento de las sanciones por la invasión de Ucrania, y la iraní Alizadeh, refugiada en Alemania desde el año 2020.

La taekwondista, medalla de bronce en los Juegos de Río 2026 -perdió en cuartos ante la española Eva Calvo, luego subcampeona-, ya dedicó entonces su éxito a todas las mujeres de su país. Pero cuatro años después, también como vigente subcampeona mundial, abandonó su hogar tras declararse “una de las millones de mujeres oprimidas en Irán”.

“Me vestí con todo lo que quisieron. Repetí las frases que me pidieron. Solo somos herramientas”, dijo sobre la utilización de los éxitos deportivos por parte del régimen iraní.

Alizadeh se refugió primero en Países Bajos y finalmente en Alemania. Las autoridades iraníes le negaron el permiso para competir por otro país, por lo que acudió a los Juegos de Tokio como parte del Equipo Olímpico de Refugiados. Allí estuvo a punto de repetir podio: terminó en la quinta posición, tras caer derrotada en semifinales, pero por el camino dio una de las grandes sorpresas de los Juegos al derrotar a la ganadora del oro en 2012 y 2016, la británica Jade Jones.

En París volverá a formar parte de la selección de refugiados, aunque su deseo es competir un día por Alemania, su país de adopción. Pero, sea cual sea su bandera, ha declarado que siempre será “una niña iraní”.

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