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Naciones Unidas, 18 abr (EFE).- La Asamblea General de la ONU aprobó este martes una resolución impulsada por España en la que anima a promover la llamada “economía social y solidaria”, un concepto que abarca a cooperativas, fundaciones y otras empresas que persiguen el interés general y objetivos sociales.

La ministra española de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, pronuncia un discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas. EFE/JUSTIN LANE

El texto, el primero sobre esta cuestión que aborda la Asamblea General, contó con el copatrocinio de más de cuarenta países y fue adoptado por aclamación.

La ministra española de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, pronuncia un discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas. EFE/JUSTIN LANE

“La economía social es nuestro ahora y nuestro mañana, pues plantea un modelo económico integrador y con objetivos sociales, basado en la solidaridad interna y con las personas en el centro”, señaló Yolanda Díaz, la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social de España.

Díaz, que viajó a Nueva York para presentar ante la Asamblea General esta resolución, aseguró que las experiencias españolas con la economía social “han demostrado que es posible superar un sistema económico despiadado, sin alma, que se funda en los recortes, el olvido de las personas más vulnerables y que está anclado en la desigualdad”.

En ese sentido, recordó que en España la economía social representa el 10 % del Producto Interior Bruto, con un “tejido empresarial sólido”, que se adapta a los cambios y que permite a los trabajadores participar en las decisiones empresariales y acceder a la propiedad de los medios productivos.

“La economía social ha logrado desmentir el interesado tópico de que el desarrollo económico de un país debe sacrificar inevitablemente unos ideales de justicia e igualdad que, muy al contrario, deben estar en el núcleo de nuestros sistemas políticos y económicos”, insistió.

Según la titular de Trabajo, “avanzar en una economía más participativa, más democrática, más comunitaria y más resistente a las crisis nos permite sentar las bases para mejorar la vida de la ciudadanía incluso cuando la incertidumbre nos acecha”.

Díaz ya había visitado Naciones Unidas el pasado julio para impulsar este proyecto, al que finalmente se sumaron decenas de países, y en el que se alienta a Estados y organizaciones internacionales a “apoyar y potenciar la economía social y solidaria como posible modelo de desarrollo económico y social sostenible”.

El texto habla de la economía social y solidaria como un ámbito que comprende cooperativas, asociaciones, mutuales, fundaciones, empresas sociales, grupos de autoayuda y otras entidades que operan según sus valores y principios.

En su discurso, Díaz recalcó que la economía social tiene un papel “decisivo en la transformación de la economía mundial hacia un modelo de desarrollo sostenible” y demuestra que “las cosas pueden hacerse de otra manera”.

“La economía social no es una representación aproximada del futuro que queremos, sino la evidencia de que es posible construir ese mundo más justo, sostenible y solidario ya, ahora mismo”, apuntó.

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