Publicidad

Járkov (Ucrania), 21 jun (EFE).- “Rusia quiere borrar nuestro futuro”. Alla se lleva las manos a la cara con incredulidad y empieza a llorar. Un ataque con misiles rusos destruyó esta madrugada el centro de bachillerato técnico de Járkov en el que estudió y en el que trabaja desde hace 16 años.

Fotografía de las ruinas de bachillerato técnico perteneciente a la Universidad de Economía Urbana, que resultó completamente destruido tras el ataque de artillería rusa durante esta madrugada, hoy en Járkov (Ucrania). Al menos tres civiles han muerto y otros dos han resultados heridos en los últimos ataques lanzados por los rusos en la región de Járkov, en el noreste del país y cuya capital es la segunda ciudad más importante de Ucrania. EFE/Orlando Barría

Ese centro de bachillerato técnico que prepara a los alumnos para entrar en la universidad en carreras como Economía, Empresariales o dirección de Hoteles ha quedado reducido a escombros.

Alla (46) llora desconsoladamente junto a un residente al mirar las ruinas del bachillerato técnico perteneciente a la Universidad de Economía Urbana, donde ha trabajado durante los últimos 16 años, y que resultó completamente destruido tras el ataque de artillería rusa durante esta madrugada, hoy, en Járkov (Ucrania). Al menos tres civiles han muerto y otros dos han resultados heridos en los últimos ataques lanzados por los rusos en la región de Járkov, en el noreste del país y cuya capital es la segunda ciudad más importante de Ucrania. EFE/Orlando Barría

No se produjeron ni muertos ni heridos porque el edificio, situado en el barrio de Zhuravlivka, estaba vacío, pero ninguno de los operarios ni de los educadores del centro entendía el sentido de destruir un instituto.

“Era mi día libre y una amiga me dijo que habían atacado el centro y vine aquí para comprobarlo. Es como si hubieran pulverizado 16 años de mi vida”, explica a Efe Alla, que es una de las jefas de estudio que supervisa las asignaturas del centro.

El instituto contaba también con un dormitorio para alumnos que ya fue bombardeado en marzo, cuando la ciudad era diana frecuente de la artillería rusa. Después se reconstruyeron algunos de los daños.

“Fue una suerte que entonces, en marzo, no muriera nadie. Por suerte se evacuó a los chicos antes”, recuerda.

“Trabajamos con muchos huérfanos y con refugiados, muchos de la región de Donetsk, procedentes de zonas ocupadas”, agrega Alla, que tiene 46 años. Sus alumnos son chicos de entre 15 y 16 años.

¿Y por qué los rusos bombardean tantas escuelas? “Están destruyendo todo. Rusia quiere borrar nuestro futuro. Quieren evitar que estudiemos, que nos formemos. Por eso lo hacen”, afirma entre lágrimas.

“Este es el mundo ruso al que dicen que pertenecemos”, dice mientras señala el edificio reducido a ruinas.

1.900 ESCUELAS DESTRUIDAS

Según el Ministerio de Educación de Ucrania, al menos 1.900 escuelas y otros centros educativos han resultado dañados o destruidos por ataques rusos desde que el Kremlin comenzase la guerra el 24 de febrero.

Numerosos organismos internacionales han criticado los ataques rusos contra infraestructuras civiles y algunos expertos recuerdan que los ataques deliberados y sistemáticos contra estructuras sin finalidad militar podría constituir un crimen de guerra.

AUMENTAN LOS ATAQUES

En los últimos días Rusia ha aumentado la intensidad de los ataques contra la segunda mayor ciudad de Ucrania, situada a apenas 40 kilómetros de Rusia y con mayoría de población rusoparlante.

En las últimas horas tres personas han muerto y siete más han resultado heridas en bombardeos de distinto tipo registrados en toda la región de Járkov, según el jefe de la Administración Militar Regional, Oleh Synehubov.

Dentro de la urbe los ataques se han producido en cuatro barrios distintos de Járkov, que antes de la guerra tenía alrededor de 1,4 millones de habitantes.

El martilleo de la artillería en los alrededores es casi constante, mientras que ocasionalmente se ven también columnas de humo.

Entre los lugares atacados se encuentran también varias empresas y el metro de la ciudad, que abrió a finales de mayo y que es un símbolo de que la urbe trata de volver a recuperar cierta normalidad.

Después de refugiarse bajo tierra desde finales de febrero, los residentes de la ciudad pudieron recuperar cierta normalidad tras expulsar en mayo las fuerzas ucranianas al Ejército ruso más allá del alcance de la artillería.

Pero el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, teme que Rusia intensifique los ataques contra esta ciudad rusoparlante en una semana “histórica” para las pretensiones ucranianas de adquirir el estatus de candidato a ingresar en la Unión Europea (UE).

Luis Lidón, enviado especial

Publicidad