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La Habana, 2 mar (EFE).- El ministro cubano de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez, resaltó este jueves que la inteligencia de EE.UU. ha descartado cualquier implicación de un “adversario extranjero” en el llamado “síndrome de La Habana”.

El canciller aludió en Twitter al informe del Consejo Nacional de Inteligencia sobre los incidentes de salud que afectaron a diplomáticos estadounidenses en varias partes del mundo, incluida La Habana, y destacó el “daño” que ocasionaron las decisiones políticas de Washington a raíz de estos incidentes.

(Los) “síntomas reportados fueron por causas naturales”, escribió Rodríguez luego de que el consejo concluyera la víspera que “es muy improbable que un adversario extranjero fuera el responsable de las anomalías de salud”.

Más de 200 diplomáticos estadounidenses y familiares destinados a diferentes países han padecido síntomas del llamado “síndrome de La Habana”, porque se detectó en primer lugar en la capital cubana, como mareos, náuseas, problemas auditivos o migrañas.

El entonces presidente Donald Trump (2017-2021) decidió, a raíz de la detección de estos incidentes de salud, suspender los servicios consulares en La Habana en 2017 y reducir al mínimo el personal diplomático en la isla.

El exmandatario republicano acusó al Gobierno cubano de perpetrar “ataques acústicos” contra los empleados de la embajada de Estados Unidos en el país caribeño.

La Habana negó siempre cualquier responsabilidad y puso en marcha una comisión de expertos que no encontró evidencias científicas o criminales que vincularan los síntomas con posibles ataques sónicos, microondas u otra acción deliberada.

“Es la misma conclusión a la que arribó, tras (una) investigación rigurosa, el equipo de expertos cubanos, el FBI y científicos que hicieron el informe Jason”, subrayó ahora el canciller cubano.

“Tras abusar de acusaciones infundadas para imponer medidas contra Cuba y (el) retroceso en (las) relaciones bilaterales, finalmente la comunidad de inteligencia de EE.UU. admite que no hubo ataque contra sus diplomáticos en Cuba, ni en otro lugar”, añadió.

El ministro cubano afirmó que “nada podrá reparar el daño provocado a las familias cubanas por las medidas extremas tomadas sobre la base de falsedades”.

La Agencia Central de Inteligencia (CIA) descartó en enero del año pasado que las molestias descritas fuesen resultado de una campaña dirigida por un país enemigo como Rusia, frente a lo que se había especulado anteriormente.

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