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Dakar, 16 mar (EFE).- El principal líder opositor de Senegal, Ousmane Sonko, y el candidato presidencial Bassirou Diomaye Faye, excarcelados el pasado jueves en virtud de una controvertida ley de amnistía general, vaticinaron una cómoda victoria en las elecciones presidenciales previstas para el próximo 24 de marzo.

“Si la elección se desarrolla bien, no creo que obtengamos menos del 60 % (del voto)”, dijo Sonko a última hora del viernes en una rueda de prensa conjunta en Dakar, donde hicieron sus primeras declaraciones públicas tras ser puestos en libertad el día anterior.

Según recogen medios locales, Sonko destacó que, si su bando gana los comicios, “no habrá venganza, pero habrá justicia”.

“No tenemos tiempo para hacer una caza de brujas, pero que quede claro: no habrá impunidad”, añadió, tras ser recibido por cientos de simpatizantes frente al hotel en el que se celebró el encuentro.

Por su lado, Faye, subrayó su voluntad de “restaurar la dignidad de la justicia y reequilibrar los poderes para que Senegal sea una verdadera democracia”.

“Estamos perdiendo lo más importante que tenemos en este país: la cohesión nacional”, afirmó.

A pesar de las afirmaciones de Sonko, lo cierto es que la ley de amnistía condona todos los delitos cometidos desde 2021 durante protestas antigubernamentales.

Su salida de prisión se produjo en un contexto de alta tensión política por el aplazamiento de las elecciones que anunció el presidente del país, Macky Sall, el pasado 3 de febrero, lo que desató fuertes protestas a menudo dispersadas con dureza con la Policía y en las que murieron al menos cuatro personas.

Desde su arresto el pasado mes de julio, Sonko, de 49 años, ha estado inmerso en una batalla judicial para poder participar en las próximas elecciones presidenciales, inicialmente previstas para el pasado 25 de febrero.

El líder opositor estaba acusado, entre otros cargos, de llamar a la insurrección, atentado contra la seguridad del Estado y asociación delictiva con una empresa terrorista.

Además, fue declarado culpable de “corrupción de juventud” en primera instancia y condenado a dos años de prisión tras ser acusado de violación y amenazas por una empleada de un centro de masaje.

No obstante, la oposición asegura que todas estas condenas tienen su origen en el interés del Gobierno por retirarle de la carrera presidencial y ha denunciado una “instrumentalización” de la justicia por parte de Sall.

Después de su detención, que desató violentas protestas, el Ministerio del Interior retiró a Sonko del censo electoral y el Consejo Constitucional rechazó el pasado enero su candidatura presidencial.

Como alternativa, el ilegalizado partido de Sonko, Patriotas de Senegal por el Trabajo, la Ética y la Fraternidad (Pastef), designó como candidato a Faye, otro hombre fuerte de la formación.

Sin embargo, su condición también de encarcelado por desacato a un tribunal, difamación y difusión de noticias falsas despertó desde los inicios recelos sobre su idoneidad como aspirante presidencial.

La amnistía general de la que se han beneficiado Sonko y Faye fue aprobada la pasada semana por la Asamblea Nacional (Parlamento unicameral).

Según el Gobierno, tiene como objetivo impulsar la reconciliación nacional en medio de la crisis desatada por la moratoria electoral.

Conocido por su discurso “antisistema”, Sonko critica la mala gobernanza, la corrupción y el neocolonialismo francés y cuenta con muchos seguidores entre los jóvenes del país.

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